Los Gatos Guerreros Wiki
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Con un estremecimiento de puro espanto, Plumosa reconoció a Lucero. [...] Tenía la boca abierta en un aullido mudo y desesperado, y sus garras arañaban el suelo, luchando en vano por liberarse. Luego todo volvió a sumirse en la oscuridad.

—Narración sobre la muerte de Lucero en Claro de luna, página 196

El siguiente artículo contiene información detallada del capítulo 15 de Claro de luna. Si estás buscando un resumen más corto del libro, por favor mira la cronología.

Resumen del capítulo[]

PdV de Plumosa[]

Chillidos de espanto salían de la cueva, atravesando el sonido de la lluvia y la cascada. Plumosa pega un salto, con el pelaje erizado diciéndole que huya de la cueva, pero al pensar que Borrascoso está en peligro la hace continuar. Zarzoso les ordena que lo sigan, pero Corvino protesta. Los gatos miran a Zarzoso con incredulidad, pero él prosigue de todos modos. El macho atigrado salta a la entrada de la cueva, y se detiene para darles una mirada a sus compañeros. Les recuerda sobre Borrascoso, y que es la única oportunidad que tiene para escapar sin que lo vean.
Sin esperar, Zarzoso salta a la acción, bajando corriendo por las rocas del camino. Corvino murmura que está loco, pero decide seguirlo igualmente. Plumosa se apresura a seguirlos, resbalándose sobre las piedras húmedas y manteniendo el equilibrio. Recorre la cornisa que discurre detrás de la cascada, sin tener tiempo de pensar si se va a caer. Los chillidos se vuelven más estruendosos cuando la gata plateada se acerca, el terror fluye dentro del cuerpo de Plumosa, imaginándose a Colmillo Afilado convirtiendo a Borrascoso, su hermano, en carne fresca.
Plumosa, entre todos los gatos asustados, entrevé a Rivera. La gata atigrada está empujando a un cachorro dentro de un túnel, sosteniendo a otro con la boca. Cerca de otro túnel, un guardacueva salta al cuello de Colmillo Afilado, pero es lanzado contra una pared. El gato cae y permanece inerte, con un hilo de sangre en la boca. Plumosa contempla horrorizada, y durante la distracción, más gatos de la tribu pasan corriendo, no dándose cuenta que los gatos de clan están ahí, aullando. Zarzoso les ordena a sus compañeros que se dirijan a cierta dirección, antes de mirar a cada gato, recordándoles sobre Borrascoso.
Colmillo Afilado se dirige hacia la pared contraria, donde trata de capturar a otro gato, quien se había agazapado en una saliente. Bordeando las paredes de la cueva, manteniéndose en la oscuridad, Zarzoso lidera el grupo hacia un túnel que lleva a la Gruta de las Rocas Puntiagudas. En las sombras, Plumosa tropieza con otros gatos, algunos heridos, mientras otros están congelados del miedo. En el calor de la situación, ninguno de los gatos de la tribu los nota, ya que sus aromas son esmascarados por el olor a sangre y terror.
En la entrada del túnel, están dos guardacuevas en sus puestos, con el pelo erizado y los ojos desorbitados. Plumosa siente respeto por su valor, ya que ambos permanecen ahí mientras que los demás corren en busca de protección. Apesar de esto, Zarzoso y Corvino se lanzan hacia los guardacuevas con las uñas desenvainadas. Esquirolina está a un sólo segundo por detrás, y pronto, la atigrada plateada se da cuenta que uno de los guardacuevas es Peñasco. Observa como Zarzoso lo derriba, mordiéndole el pescuezo, mientras que Corvino le da manotazos al otro. Esquirolina le da una mordida a la cola de Peñasco. Ahora con la entrada libre, Trigueña, una guerrera del Clan de la Sombra acompaña a Plumosa dentro del túnel.
Antes de llegar a la cueva, la gata del Clan del Río se encuentra con otros dos gatos. Los machos apenas son visibles en la oscuridad, pero Plumosa reconoce a Borrascoso y a Narrarrocas. Vislumbra los ojos ardientes del macho gris antes de que pase a lado de ella como una flecha hacia la cueva principal. Le grita a Borrascoso, declarando que su momento ha llegado, pero el gato cautivo sólo le pregunta a Plumosa qué está pasando. Por un momento, la gata de cola peluda desea únicamente entrelazar su cola con la de su hermano, ya que estaba preocupada de que ya lo hubieran enviado a pelear contra Colmillo Afilado. Otro pensamiento era que Borrascoso era uno de los cuerpos inertes que estaban en la cueva, pero Trigueña los apresura.
Les espeta que no se detengan, y se dirige a la entrada. La gata parda corre por el túnel, Plumosa y Borrascoso la siguen. Una vez que llegan ahí, un chillido, mucho más sonoro que un trueno, los detiene. Un relámpago muestra a Colmillo Afilado dirigiéndose a la entrada, sosteniendo a un gato con su poderosa mandíbula; el gato de la tribu es Lucero, Plumosa se da cuenta horrorizada. Ella es la criadera que los saludó por primera vez cuando ella y su grupo llegaron, y ahora la gata lucha por escapar, con la boca abierta en un aullido mudo. Sus garras arañan el suelo, pero entonces, la oscuridad se pliega sobre la visión de Plumosa, y únicamente sólo puede ver la silueta de Colmillo Afilado desvanerce dentro de las montañas.
Por un segundo, el silencio le llega a sus oídos, antes de que se eleven aullidos de angustia. Después, un gato la empuja con rudeza, y la atigrada plateada se voltea para ver a Zarzoso, quien le ordena que salga. El macho marrón corre hacia la entrada, Triguña y Esquirolina lo siguen rápidamente, Corvino empuja a Plumosa para que lo siga. Mientras escapan, ningún gato de la tribu trata de detenerlos, demasiado aterrados como para moverse. Están acurrucados en el suelo, con los ojos desorbitados y el pelo erizado. En la entrada de la cueva, Zarzoso se detiene, olfateando el aire, y luego los conduce por el sendero. Plumosa detecta el aroma de Colmillo Afilado, mezclado con el hedor a sangre, y el olor a pánico de Lucero; el depredador se había ido, llevándose a uno de los gatos de la tribu con él, y dejando más gatos muertos o malheridos.
La lluvia cae profusamente ahora, azotada por rachas de viento, con truenos retumbando en el cielo. El pelo de Plumosa queda empapado al instante, su pelaje plateado pegado a sus flancos, pero ella no lo nota. Sigue a Zarzoso mientras él los lleva de regreso a donde estaban, con los lamentos desconsolados de la tribu apagándose detrás de ellos. El ruido es acallado por la lluvia, y por el rugido interminable de la cascada.

Personajes[]

Principales[]

Secundarios[]

Lugares[]

Referencias[]

  1. 1,0 1,1 1,2 1,3 Revelado en Claro de luna, página 193
  2. 2,0 2,1 2,2 2,3 Revelado en Claro de luna, página 194
  3. 3,0 3,1 3,2 3,3 3,4 Revelado en Claro de luna, página 195
  4. Revelado en Claro de luna, página 196
Capítulos de Claro de luna
PrólogoCapítulo 1Capítulo 2Capítulo 3Capítulo 4Capítulo 5Capítulo 6Capítulo 7Capítulo 8Capítulo 9Capítulo 10Capítulo 11Capítulo 12Capítulo 13Capítulo 14Capítulo 15Capítulo 16Capítulo 17Capítulo 18Capítulo 19Capítulo 20Capítulo 21Capítulo 22Capítulo 23Capítulo 24Epílogo
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