Los Gatos Guerreros Wiki
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El valor es lo más importante de todo. Recordad eso cuando seáis líderes. Por supuesto que el valor es importante en la batalla, pero yo estoy hablando de valor a la hora de lidiar con los miembros de vuestro propio clan. Deben aceptar vuestras órdenes, y, si os cuestionan, defended vuestras decisiones con zarpas y colmillos. La debilidad es peligrosa. Debéis ocultar vuestras dudas... o mejor todavía: no tengáis dudas. Estad siempre convencidos de que hacéis lo correcto. ¿Acaso cuando cazas esperas que el ratón te salte a la boca? No. Detectas el olor de la presa, la acechas y saltas sobre ella. Con el poder es lo mismo. No viene a ti, a menos que vayas a por él. No os preocupéis. Los dos tenéis el auténtico espíritu de los guerreros. Sé que tendréis éxito si seguís mis pasos de cerca.

Estrella de Tigre dándoles una lección a Zarzoso y Alcotán en sueños en Crepúsculo, páginas 210-212


El siguiente artículo contiene información detallada del capítulo 14 de Crepúsculo. Si estás buscando un resumen más corto del libro, por favor mira la cronología.

Resumen del capítulo[]

PdV de Hojarasca Acuática[]

Temblando, Hojarasca Acuática asoma la cabeza. Tiene la sensación de que, si Estrella de Tigre levantaba la mirada, sus ojos ámbar abrasarían el tronco y quedaría al descubierto, encogida tras el árbol. Por suerte, tiene la mirada clavada en sus hijos; pero aquello era un sueño. Se pregunta si Estrella de Tigre los había llamado mientras dormían, igual que los curanderos paseaban en sueños junto al Clan Estelar. De algún modo, Estrella de Tigre los había llevado a aquel lugar en el que Hojarasca Acuática nunca había estado, un lugar de noche interminable que los gatos vivos nunca pisaban. Supone que ni siquiera el Clan Estelar habría aspirado el aire mohoso de aquel bosque ni atravesado su enfermiza luz.
Estrella de Tigre estaba diciendo que el valor es lo más importante de todo, y que lo recuerden cuando sean líderes. Alcotán maúlla algo que Hojarasca Acuática no puede oír, y Estrella de Tigre agita la cola con impaciencia y replica con voz áspera que el valor es importante en la batalla, pero él está hablando de valor a la hora de lidiar con los miembros de su propio clan; pues deben aceptar sus órdenes y, si les cuestionan, tienen que defender sus decisiones con zarpas y colmillos.
A Hojarasca Acuática se le salen los ojos de las órbitas; pues Estrella de Fuego nunca había atacado a ningún gato de su clan aunque tuvieran opiniones diferentes. Estrella de Tigre continúa diciendo que la debilidad es peligrosa y deben ocultar sus dudas, o mejor aún, no tener dudas. Siempre tienen que estar convencidos de que hacen lo correcto.
La joven curandera se pregunta si era eso lo que sentía Estrella de Tigre cuando asesinó a Cola Roja o cuando tramó el asesinato de Estrella Azul. O el día en que guió a la manada de perros al campamento del Clan del Trueno para vengarse, o cuando llevó al Clan de la Sangre al bosque para que lo ayudara a someter a los demás clanes; ¿estaba seguro de hacer lo correcto?
Los ojos azul hielo de Alcotán estaban clavados en su padre, es evidente que escuchaba con pasión sus palabras. Zarzoso está de espaldas a Hojarasca Acuática y no puede ver su expresión, pero tenía las orejas bien erguidas. Unas garras heladas le atenazan el corazón, ¡Estrella de Tigre estaba entrenando a sus hijos, como un guerrero que preparara a un aprendiz para la batalla! Y no cabía duda de que trataba de convertirlos en la clase de tirano asesino que había sido él.
Zarzoso pregunta cómo van a convertirse en líderes, pues no cree que Estrella de Fuego le nombre lugarteniente y ni siquiera ha tenido un aprendiz. A Estrella de Tigre se le eriza el pelo del lomo y bufa que si cuando caza espera a que el ratón le salte a la boca, y maúlla que detecta el olor de la presa, la acecha y salta sobre ella, con el poder es lo mismo, tienes que ir a por él. Zarzoso masculla algo y a Estrella de Tigre se le alisa el pelo de nuevo. Maúlla que no se preocupen, pues los dos tienen el auténtico espíritu de los guerreros y tendrán éxito si siguen sus pasos de cerca. Alcotán se levanta de un salto y asegura que harán todo lo que les diga.
Su entusiasmo le hiela la sangre en las venas a Hojarasca Acuática. ¿Qué puede ordenarles ese gato sanguinario a sus hijos? Retrocede temblando y, aunque estaba segura de no haber hecho el menor ruido, Estrella de Tigre gira la cabeza de golpe y se queda escudriñando las sombras en las que está escondida. Aterrorizada, da media vuelta y echa a correr, preparándose para oír ruidos de persecución y sentir cómo una gigantesca zarpa la agarraba por el cuello. En aquel oscuro bosque no hay sendas. Los árboles se extienden interminables por todos los lados, y no hay ninguna señal de que alguna criatura viviente hubiese caminado alguna vez entre aquellos oscuros arbustos.
Se pregunta en silencio dónde está, pero no hay respuesta. De pronto, el suelo cede bajo sus patas. Suelta un alarido de angustia al hundirse en la oscuridad, hasta que su cuerpo aterriza con un golpe seco que la deja sin aliento. Abre los ojos de golpe y suelta un respingo de pavos; había una cabeza atigrada a un ratón de distancia de la suya y los ojos ámbar la observaban fijamente.
Zarzoso le pregunta si se encuentra bien. Hojarasca Acuática se incorpora con torpeza, esparciendo pedacitos de musgo a su alrededor. Estaba en su lecho, delante de la guarida de Carbonilla. La luz del alba iba apoderándose del cielo. Zarzoso la llama, parece preocupado, tiene el pelo alborotado con trocitos de helecho pegados como si también acabara de levantarse. La pregunta si la ocurre algo, pues la ha oído gritar. Hojarasca Acuática responde que está bien y se le queda mirándolo, vacilante y preguntándose si ha ido hasta allí para decirle que la había visto en sueños. El guerrero maúlla que Estrella de Fuego está escogiendo a los que irán esa noche a la Asamblea, y la pregunta si está en condiciones de asistir, pues ayer hizo un largo viaje.
Hojarasca Acuática se siente aliviada. Si Zarzoso había tenido el mismo sueño que ella, no podía haberla visto entre las sombras. Pero su alivio se esfuma enseguida; ¿y si Zarzoso había elegido libremente visitar a su padre en el bosque oscuro? ¿Qué pretendía Estrella de Tigre que hiciera su hijo para convertirse en líder de clan? Se pone en pie, aún alterada, pero no permitiría que se le notara. Le contesta que le diga a Estrella de Fuego que la encantaría asistir.
Zarzoso inclina la cabeza y se marcha, La joven curandera toma unas bocanadas de aire antes de atusarse el pelo a toda prisa, ¡había olvidado que esa noche había luna llena! Aunque sintiera un hormigueo de miedo al pensarlo, quería ver juntos a Alcotán y Zarzoso. Se pregunta si se notaría de algún modo lo que habían visto y oído mientras dormían, y cuántas veces los habría invocado Estrella de Tigre en sueños antes de esa noche. Sabe que no puede pedirle consejo a nadie. Estrella de Fuego y Carbonilla se tomaban muy en serio los sueños que recibía del Clan Estelar, pero aquello era diferente. No se atrevía contárselo. La aterraba lo que pudiera significar ese sueño, porque nunca había oído que un curandero hubiera pisado el lugar que acababa de ver. En el bosque se había sentido más lejos que nunca de sus antepasados guerreros. Si perdía el contacto con ellos por completo, ¿se vería condenada a deambular eternamente por ese tenebroso lugar y a no encontrar nunca más el camino de vuelta a la luz?
Aunque era muy temprano, supo que ya no podría volver a dormirse. Carbonilla seguía en su guarida, así que decide salir a buscar hierbas; no les iría mal disponer de hojas de borraja, sobre todo si Musaraña tenía fiebre. Había visto matas de esa hierba cerca de la casa de los Dos Patas abandonada. Sale del campamento y avanza por el viejo camino en desuso. El tiempo gris y nuboso había dado paso a una luz solar que calentaba la piel. Retoños verdes brotaban en el suelo y en los árboles crecían los brotes. Los pájaros cantan por encima de ella, prometiendo abundante carne fresca con la proximidad de la estación de la hoja nueva. Aquel bosque era muy distinto del oscuro lugar que había visitado en su sueño, pero Hojarasca Acuática no logra sacudirse el horror de lo que había visto, y se descubre mirando por encima del hombro cada dos por tres.
Siente un escalofrío cuando tiene a la vista la ruinosa casa. Pero hace un esfuerzo y sigue caminando hacia el edificio, olfateando el aire para localizar la borraja. Se pregunta qué puede asustarla allí, después de haber estado en el tenebroso bosque de Estrella de Tigre.
En el camino de vuelta, cargada con un puñado de hojas de borraja, vislumbra un pelaje claro tras una mata de helechos. Llevada por la curiosidad, rodea la planta y se encuentra en el borde del musgoso claro al que los gatos iban a entrenar. Allí están Nimbo Blanco y Dalia. El guerrero la estaba diciendo que tiene que golpearle con fuerza. Dalia le mira y le responde que no quiere hacerle daño. Nimbo Blanco enrosca la cola y la maúlla que no se preocupe, pues no le hará daño, y la insta a volver a intentarlo.
La gata lo mira indecisa, pero luego pasa corriendo ante él, dando un manotazo al rebasarlo. Nimbo Blanco la esquiva y le engancha las patas, de modo que ella cae despatarrada en el suelo en una maraña de patas y cola peluda. Dalia se queja de que no es justo porque no dijo que iba a hacer eso. Nimbo Blanco no puede evitar mostrar que se estaba divirtiendo, y responde que si cree que en el fragor de la batalla un enemigo le dirá lo que va a hacer. Dalia sacude la cola y dice que no es probable que necesite luchar. Nimbo Blanco replica serio que quizá sí, si les ataca otro clan y criaturas debe saber defenderse, o si no podría quedar malherida. Dalia lo acepta y le pide que le enseñe de nuevo cómo tiene que hacerlo.
Hojarasca Acuática piensa que Nimbo Blanco tiene una dura tarea por delante para transformar a Dalia en una guerrera competente, pues no parece tener ningún instinto luchador, aunque el gato parece estar dispuesto a sacar lo mejor de ella. Recuerda la paciencia infinita que había mostrado el guerrero con Centella, cuando fue atacada por los perros y tuvo que aprender una forma completamente nueva de pelear y cazar. Al pensar en Centella, de pronto desea regresar al campamento. No le gustaba que la gata blanca y canela estuviera ocupándose de todas sus obligaciones de curandera. Saluda con la cola al pasar ante Nimbo Blanco y Dalia y oye que Nimbo Blanco maúllaba que esta vez simularían que es un tejón que va a comerse a sus hijos. Dalia exclama que sus hijos le adoran.
Cuando llega a la hondonada rocosa, ya se habían levantado más guerreros. Saluda a Tormenta de Arena, que salía cazar con Zancudo y Espinardo, y va a buscar a Carbonilla. Pero fue Centella la que sale a recibirla en la guarida de la curandera. La guerrera la da las gracias por traer borraja, pues casi no les quedaba y Musaraña aún tiene algo de fiebre.
En cuanto deja las hojas en la entrada de la guarida, Centella toma un par y corre hacia la zona en la que duermen los veteranos. Hojarasca Acuática suelta un bufido de irritación y le da un manotazo al zarzal más próximo. Centella estaba comportándose como si fuese curandera y ella una simple ayudante.
Carbonilla sale de su guarida y le pregunta qué ocurre, olfateando de forma apreciativa las nuevas hojas de borraja. Hojarasca Acuática se encoge de hombros y responde que parece haber demasiadas curanderas por allí. Carbonilla la mira, Hojarasca Acuática ve en sus ojos sabiduría y compasión, y algo más profundo que no puede descifrar. La curandera le dice que tenga paciencia con Centella, pues todo ha cambiado para ella. En voz más baja, añade que el mayor regalo que pueden pedir es tener el valor de aceptar lo que les envíe el Clan Estelar, por muy duro que parezca.
A Hojarasca Acuática le sorprende ver un destello de tristeza en la expresión de su mentora; quiere preguntarle de qué está hablando, pero le da miedo la respuesta. Se pregunta si sólo se refiere a Centella y a su valor al aceptar su rostro desfigurado, o si intentaba decirle que ya no la necesitaba ahora que Centella había empezado a asumir el papel de curandera.
Antes de poder reunir el coraje necesario para preguntar, Carbonilla vuelve a entrar en su guarida. Hojarasca Acuática iba a seguirla cuando ve que Nimbo Blanco entraba al claro seguido de Dalia. Los hijos de la minina, que estaban revolcándose delante de la maternidad, se levantan de un salto y echan a correr para abalanzarse sobre Nimbo Blanco. El guerrero se tira al suelo y pelea en broma con ellos, con las uñas envainadas. Reprende a los cachorros en broma y juega con ellos. Centella, que ya había regresado y miraba a su compañero con expresión melancólica, maúlla que se porta de maravilla con ellos y que será un mentor fantástico, pues tuvo mucha paciencia con ella cuando la atacaron los perros, y se inventó movimientos de lucha para que pudiera volver a ser guerrera.
Hojarasca Acuática siente una inesperada punzada de compasión por Centella; y piensa que tal vez Carbonilla tuviera razón y la guerrera se estaba viendo obligada a acostumbrarse a más cambios que cualquiera. No debía ser fácil para ella que Nimbo Blanco pasara tanto tiempo con Dalia y sus hijos; pero su compasión se esfuma cuando Musaraña se acerca a hablar con la guerrera. La veterana maúlla que se le ha olvidado preguntarle una cosa, y le pregunta a Centella si puede tomar semillas de adormidera porque lleva dos noches sin pegar ojo por la fiebre. Centella responde que no está segura de que deba tomar semillas de adormidera junto con la borraja, y que será mejor que pregunten a Carbonilla. Ambas van a ver a Carbonilla, mientras Hojarasca Acuática las mira con frustración e incredulidad, pensando quién es allí la curandera. Si las gatas se hubieran tomado la molestia de preguntarle, habría sugerido que masticara una hoja de diente de león en vez de la adormidera; pero ambas habían actuado como si no estuviese allí.
Piensa que a lo mejor Carbonilla acabaría convirtiendo a Centella en aprendiza de curandera, aunque ella siguiera siendo su aprendiza. Aunque tuviera su nombre oficial, seguiría aprendiendo de Carbonilla durante muchas estaciones más. Y jamás había oído que un curandero tuviese dos aprendices a la vez. Añade para sus adentros que Centella tiene un compañero y no puede ser curandera. Siente como si tuviera una piedra en el estómago que la hunde cada vez más; y piensa que talvez sea una señal del Clan Estelar, una señal de que el Clan del Trueno ya no la necesita.

Personajes[]

Principales[]

Secundarios[]

Menciones[]

Referencias y citaciones[]

  1. 1,0 1,1 1,2 1,3 Revelado en Crepúsculo, página 210
  2. 2,0 2,1 Revelado en Crepúsculo, página 215
  3. 3,0 3,1 3,2 3,3 Revelado en Crepúsculo, página 216
  4. Revelado en Crepúsculo, página 214
  5. 5,0 5,1 5,2 Revelado en Crepúsculo, página 217
  6. Revelado en Crepúsculo, página 218
  7. 7,0 7,1 7,2 Revelado en Crepúsculo, página 211


Capítulos de Crepúsculo
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