Los Gatos Guerreros Wiki
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¿Era culpabilidad lo que estaba sintiendo Hojarasca Acuática? [···] Más misterioso aún: mezclado con aquella culpabilidad, parecía haber un estremecimiento de expectación, y debajo de todo eso, una desgarradora capa de desdicha.

Esquiruela percibe los confusos sentimientos de su hermana en Crepúsculo, página 233


El siguiente artículo contiene información detallada del capítulo 16 de Crepúsculo. Si estás buscando un resumen más corto del libro, por favor mira la cronología.

Resumen del capítulo[]

PdV de Esquiruela[]

Esquiruela escucha un furioso aullido que está llamando a Dalia que sale de la guarida de la curandera. Al cabo de un instante aparece Centella, llevando a uno de los cachorros de Dalia, que gimotea con angustia agitando las patas. Sus hermanos salen tras ellos, arrastrando la cola y cabizbajos, y se apretujan junto al zarzal que resguada la guarida. Dalia llevaba suficiente tiempo con el Clan del Trueno para que sus hijos se hubieran vuelto más fuertes y confiadas, y para que empezaran a explorar el campamento; y era fácil que eso acabara en problemas. Esquiruela agita los bigotes divertida al recordar las cosas que Hojarasca Acuática y ella habían hecho antes de convertirse en aprendizas.
Centella deja en el suelo al cachorro, al acercarse Esquiruela ve que es Ratoncillo. El ojo bueno de la guerrera llameaba con furia; y vuelve a llamar a Dalia. No hay respuesta desde la maternidad, pero un segundo después Dalia aparece por el túnel de espinos y cruza el claro a la carrera para encararse a Centella; Nimbo Blanco la sigue más despacio.
Dalia pregunta qué ocurre y qué está haciendo con sus hijos. Centella replica que le pregunta a sus hijos lo que hacían en la guarida de Carbonilla. Añade al pequeño que había dejado en el suelo y que lloriquea que deje de hacer ese ruido, pues no le ha hecho ningún daño. Dalia pregunta qué ha sucedido, conlos ojos tan furiosos como los de Centella, y con los músculos tensos. Por un instante, Esquiruela piensa que la gata podría abalanzarse sobre Centella con uno de los movimientos de lucha que le había enseñado Nimbo Blanco. Centella sabía cuidar de sí misma y Dalia probablemente no saliera ilesa si se enfrentaba a ella, de modo que se acerca por si hace falta separarlas.
Centella explica a Dalia que sus cachorros han entrado a la guarida de Carbonilla y se han puesto a revolver las hierbas; a los pequeños les pregunta si se han comido algo. Mudos de terror, los cachorros niegan con la cabeza. Esquiruela sabe que en parte el enfado de Centella provenía del miedo a que hubieran ingerido algo peligroso. Carbonilla no tendría entre sus provisiones ninguna baya que fuera mortal, pero había algunos remedios que podían provocar un tremendo dolor de barriga si se superaba la dosis recomendada.
El pelo de Centella comienza a alisarse, pero aún echa chispas por los ojos. Le dice a Dalia que vaya a ver el desastre que han provocado, y le pregunta por qué no estaba vigilándolos. Nimbo Blanco maulla que estaba con él. Centella le espeta si por eso sus cachorros pueden campar a sus anchas y estropear las provisiones de Carbonilla. El guerrero blanco empieza a decir que no sabían lo que hacían, pero Centella le gruñe que deberían saberlo, y le pregunta si cree que no tienen nada mejor que hacer que ir limpiando sus desastres.
Dalia interviene diciendo quelo lamenta, posando alternativamente la vista en Centella y en Nimbo Blanco. Empuja a Ratoncillo para que se levante y reune a los otros dos con un movimiento de la cola. Añade que se encargará de que no vuelva a ocurrir; Centella replica que lo haga. La minina doméstica se encamina a la maternidad siguiendo a sus hijos. Esquiruela escucha a Ratoncillo quejarse de que esa gata tan fea le ha asustado. Su madre le contesta que no se hubiera metido en líos.
Esquiruela ve que a Centella se le crispa la cara ante el comentario del cachorro. La guerrera y Nimbo Blanco estaban frente a frente, sacudiendo la punta de la cola. Esquiruela se ofrece a ayudar a limpiar, rodeando las zarzas; no quiere verse envuelta en una discusión entre Centella y su pareja.
Al entrar en la guarida, comprende por qué Centella se ha enfadado tanto. Hay bayas esparcdsa por todo el suelo, y las hierbas se mezclaban en montones desordenados. Algunas de las hojas están arrancadas de los tallos y cubiertas de tierra; probablemente habría que de desecharlas. Esquiruela empieza a reunir en un montón las bayas que podían salvarse. Se pregunta adónde han ido Carbonilla y Hojarasca Acuática. Podo después, oye unos pasos a su espalda.
Cenizo le toca el hombro con la nariz y le dice que ha pensado que podrían ir a cazar; después la pregunta por qué Centella y Nimbo Blanco están lanzándose miradas asesinas. Esquiruela se lo explica mientras sigue clasificando las bayas. Cenizo comenta que los cachorros nacidos en un clan no habrían hecho nunca algo así, y que quizá esos mininos domésticos no lleguen a adaptarse a su forma de vida. Esquiruela se gira para encararse con él y le pregunta si ha olvidado que su padre fue minino doméstico. Cenizo parpadea y maullaque lo lamenta, pero que Estrella de Fuego es bastante especial, pues la mayoría de los mininosno soportarían una vida como la suya; necesitan a sus Dos Patas para que cuiden de ellos.
Esquiruela suelta un bufido de rabia y saca las uñas; le cuesta un gran esfuerzo volver a envainarlas para seguir clasificando las bayas. Se pregunta cómo se atreve Cenizo a hacer juicios basados en el nacimiento, y si eso significa que la considera inferior por ser medio minina doméstica, si no ve que ella, al igual que Hojarasca Acuática,Nimbo Blanco y Zarpa Candeal, eran tan importantes para el clan como cualquier guerrero nacido en el bosque.
Antes de que Cenizo pudiera decir algo, la cortina de zarzas se estremece y aparecen Carbonilla y Hojarasca Acuática. Ambas iban cargadas con grandes fardos de hierba gallinera. Carbonilla pregunta qué es lo que pasa. Esquiruela explica por segunda vez lo sucedido, mientras Hojarasa Acuática examina las hojas desparramadas y empieza a apilar las que habría que desechar. Carbonilla revisa unas hojas de milenrama y maulla que al menos no se han comido nada, por lo que no hay daños irreparables. Cenizo señala que hay un montón de trabajo extra. Hojarasca Acuática maulla cortante que pueden arreglárselas, y anuncia que tirarálas hojas estropeadas y traerá más.
A la joven guerrera se le pone el pelo de punta al sentir un fogonazo de intensa emoción. Se queda mirando a su hermana sin pestañear. Se pregunta si estaba sintiendo culpabilidad, y por qué se sentía culpable de tener que ir a por más hierbas para arreglar aquel estropicio. Lo más misterioso es que mezclado con ello hay un estremecimiento de expectación y, debajo, una desgarradora capa de desdicha. Esquiruela se dice que suhermana debe estar cansada, la noche anterior había ido con los demás curanderos a la Laguna Lunar. Sin embargo, en lo más profundo sabía que su hermana está sufriendo por algo más. Tal vez los curanderos han recibido alguna señal del Clan Estelar que les advierte de futuros problemas. Aun así, hace tiempo que Hojarasca Acuática no es la misma de siempre; de hecho, desde la última Asamblea está tan inquieta como un saltamontes.
Esquiruela se ofrece a ayudarla, y le dice a Cenizo que se vaya a cazar sin ella y si tiene tiempo se reunirá con él. Cenizo la mira desconcertado y la hace caso; tras despedirse de Carbonilla sale de la guarida de la curandera. Esquiruela abre la boca para llamarlo, deseando no haber hablado tan secamente, pero su necesidad de hablar con Hojarasca Acuática es mayor. Además, tal vez es mejor para los dos tener un poco de espacio después de su discusión.
Le pregunta a Hojarasca Acuática qué hierbas hay que tirar, y la joven curandera las señala con la cola. Esquiruela divide el montón de hojas sucias y dañadas en dos fardos y recoge uno de ellos. Carbonilla ha empezado a trasladar al interior de su guarida las hierbas y bayas que están en buenas condiciones. Hojarasca Acuática recoge el otro fardo y sigue a Esquiruela fuera del campamento. Llevan las hojas a la zona de suelo áspero situada a unos pocos zorros de distancia de la entrada, donde los gatos iban a hacer sus necesidades.
Esquiruela exclama que es genial estar ahí fuera. Quiere contarle a Hojarasca Acuática los comentarios hirientes de Cenizo, pero al ver lo tensa y abatida que está, su discusión con el guerrero ya no le parece tan importante. Le pregunta si está bien. Hojarasca Acuática responde por qué no iba a ir bien, araña el suelo y olfatea distraida una hoja nueva de helecho. Esquiruela maulla que cuando ha propuesto salir a recolectar más hierba le ha parecido un poco rara. De pronto, se le ocurre algo, y añade si está preocupada por Centella y que todos saben que ella es la auténtica aprendiza de Carbonilla. Hojarasca Acuática parpadea y contesta que no lepreocupa Centella. Continúa diciendo que lo mejor es que se separen para recolectar hierbas porque si no tardarán todo el día, y sabe que Carbonilla necesita más nébeda. La pide ir a recoger un poco en la casa abandonada de los Dos Patas.
Esquruela se la queda mirando sin pestañear; es evidente que su hermana está intentando librarse de ella. Le pregunta adónde va a ir ella. Hojarasca Acuática responde que tal vez cerca de la frontera con el Clan de la Sombra. Esquiruela capta otro fogonazo de culpabilidad e impaciencia, y nota un hormigueo por todo el cuerpo. Está segura de que su hermana le miente y aprieta los dientes para contener un aullido de indignación.
Maulla que estos días está muy rara y que tiene la sensación de que algo ha cambiado. Pretende que sus palabras fueran una broma, un intento de recuperar esa intimidad con su hermana que parece haberse esfumado.Pero, en vez de reírse, su hermana hace una mueca y replica con frialdad que va a buscar hierbas, es curandera y no puede esperar que comparta todos los detalles de su vida con ella. Tras darle la espalda, desaparece en el sotobosque. Durante unos segundos, estuvo tentada de seguirla, pero está segura de que si Hojarasca Acuática lo descubría, se enfurecería más. Aun así, no puede pasar por alto la desdicha de su hermana; siempre habían significado mucho la una para la otra. Tiene que mantener los ojos bien abiertos y esperar la oportunidad de averguar lo que está pasando.
El ulular de una lechuza despierta a Esquiruela. Una tenue luz de luna se filtra a través de las ramas de la guarida de los guerreros, iluminando los cuerpos ovillados de sus compañeros de clan. Bosteza pero no le apetece volver a dormirse. Ahora está despejada e inquieta. Se levanta de su lecho, procurando no despertar a Cenizo, que duerme a una cola de distancia, y sale al claro.
La luz de la luna ilumina lo justo para ver los límites de la hondonada. Las matas de zarza y helechos proyecta oscuras sombras en los extremos, y junto a la entrada del túnel de espinos, la joven guerrera apenas puede distinguir a Nimbo Blanco, que está montando guardia. Flexiona las zarpas, preguntándose si debe decirle al guerrero blancoq ue leapetece un poco de caza nocturna, cuando de pronto capta un movimiento por el rabillo del ojo. Al volverse, ve a Hojarasca Acuática saliendo de la guarida de los curanderos.
Esquiruela estuvo a punto de llamarla, pero repara en su extraño comportamiento, su hermana mira a su alrededor cuidadosamente antes de abandonar la protección de los zarzales. Es obvio que no ha visto su pelaje rojo entre las sombras de la guarida de los guerreros. Luego recorre el borde del clarosin apartarse de la oscuridad. La tensión de su hermana vibra dentro de Esquiruela. Toda la inquietud que había sentido la guerrera vuelve de nuevo mientras va tras los pasos de Hojarasca Acuática, procurando no hacer ruido. No quiere molestar a Nimbo Blanco ni a ningún otro guerrero hasta que supiera qué pretendía hacer su hermana. Está claro que tiene algún tipo de problema, y aquella puede ser la oportunidad que Esquiruela esperaba para averiguar más cosas.
Antes de llegar a la barrera de espinos que bloqueaba la entrada del campamento, y de arriesgarse a que la viera Nimbo Blanco, la joven curandera vira con brusquedad hacia un zarzal. Esquiruela oye un ligero chasquido, y se queda paralizada cuando Nimbo Blanco vuelve la cabeza de repente, pero, tras escuchar unos instantes, el guerrero agita la punta de la cola y continua centrando su atención en el túnel. Con el corazón desbocado, Esquiruela se cuela por el zarzal detrás de Hojarasca Acuática. Está en el rincón de la hondonada que aún tiene demasiada maleza para servir como dormitorio o almacén. Para su sorpresa, Esquiruela ve que una parte del muro se ha desmoronado por allí y que para un gato ágil no sería demasiado difícil trepar hasta lo alto del barranco. Piensa que su hermana debe de conocer el camino muy bien para haber desaparecido ya, y se pregunta cuántas veces ha usado esa salida.
Esquiruela se lanza hacia arriba, y consigue izarse a través de zarcillos clavando las uñas en un arbusto que había echado raíces en una grieta. Cuando logra llegar al borde de la hondonada, se esconde en la mata de helechos más cercana, aguzando el oído por si captaba algún sonido en el claro de abajo que indicara que alguien la ha visto. En la hondonada todo está en silencio excepto por el susurro del viento entre las ramas. Los desbocados latidos de su corazón van calmándose, sólo entonces se atreve a asomar la cabeza para mirar alrededor.
No se ve a Hojarasca Acuática por ninguna parte, aunque Esquiruela no tarda en captar su olor. El rastro bordea la cima de la hondonada y luego se interna en el bosque. La joven guerrera lo sigue, deteniéndose de vez en cuando para saborear el aire. Quiere creer que su hermana ha salido del campamento por asuntos propios de una curandera, pero, hasta donde ella sabía, no había hierbas que debieran ser recolectadas a la luz de la luna. Además, la forma en que Hojarasca Acuáticase ha escabullido del campamento y la mezcla de culpabilidad y emoción que le llega de ella significan que debe estar haciendo algo que no debería. Esquiruela piensa malhumorada que se lo podría haber contado y tal vez hubiera podido ayudarla.
El olor de Hojarasca Acuática se internaen una zona de avellanos y helechos; poco después Esquiruela empieza a oír el borboteo del arroyo que delimita la frontera con el Clan del Viento y se detiene unos instantes. Se pregunta si su hermana está yendo a la Laguna Luna; de ser así se enfurecería por entrometerse. Pero si era eso, ¿por qué salir a hurtadillas del campamento? A Hojarasca Acuática no le importaría que los demas supieran que iba a compartir lenguas con el Clan Estelar.
Sigue adelante, haciendo lo posible por seguir el rastro, aunque el bosque rebosa de olor a hojas y savia nuevas. Un aroma de presas se cruzaba con el olor de su hermana, hasta que apenas puede distinguirlo de todos los que colman sus sentidos. Se detiene varias veces a paladear el aire antes de continuar. En un momento dado cree haber perdido el rastro en una zona sin hierba, pero vuelve a encontrarlo después al otro lado. Luego el olor desaparece en una extensión cenagosa, y aunque lo recorre de extremo a extremo, no logra encontrarlo de nuevo. Se reprende a sí misma.
Aún puede oír el sonido del agua, y se desliza silenciosamente entre los árboles hasta ver el arroyo. Se pregunta si su hermana se había atrevido a cruzar al territorio vecino. Por un instante, piensa en cruzar el cauce por si capta el olor de su hermana al otro lado; pero existía la posibilidad de que un gato del Clan del Viento hubiera tenido ganas de cazar por la noche y, si la descubrían, se buscaría problemas, sobre todo por lo que opinaba Estrella de Bigotes sobre el Clan del Trueno. Se dice que es mejor averiguar qué se traía entre manos su hermana si regresaba y la esperaba fuera de la hondonada.
Al llegar al campamento, se agacha entrelos helechos que crecían sobre el punto donde se había desmoronado una parte de la pared rocosa, imaginándose que Hojarasca Acuática regresaría por el mismo camino. El cielo ya adquiría el color lechoso de las primeras luces del alba cuando oye que alguien se acerca a través de la vegetación. La guerrera capta el olor a su hermana y, al incorporare, ve a Hojarasca Acuática yendo hacia ella, rozando la hierba con la cola y con la cabeza baja.
Le pregunta de dónde viene, y su hermana alza la cabeza de golpe y se queda mirándola, cabizbaja. Hojarasca Acuática responde si estaba espiándola. Esquiruela le dice que no y se acerca a ella con la intención de restregarse contra ella para tranquilizarla, pero Hojarasca Acuática retrocede con expresión recelosa. La guerrera maulla que vio cómo se marchaba en plena noche y estaba preocupada por ella; le pregunta si puede contarla qué le pasa.
La potencia de las emociones de Hojarasca Acuática estuvo a punto de derribarla. Percibe que si hermana desea confiar en ella, pero una barrera más fuerte bloqueaba el camino. Siente que se le encoge el estómago. El problema de su hermana debe ser más grande de lo que piensa.
La joven curandera niega con la cabeza y le dice que la deje en paz. Esquiruela replicaque no lo va a hacer y que no es propio de ella escabullirse de ese modo. Hojarasca Acuática eriza la cola de rabia y le espeta que mire quie habla, y si está bien que ella se escabulla para seguirla. Esquiruela protesta que sólo quería saber qué estaba ocurriendo. Su hermana responde que si confiara en ella no le haria esas preguntas. Esquiruela replica que sabe que tiene un problema y si tiene que actuar como si nada; Hojarasca Acuática responde que si quisiera su ayuda se la pediría. Esquiruela maulla que sabe que necesita ayuda, y si es algo de curanderos le aconseja que pida ayuda a Carbonilla. Hojarasca Acuática contesta con voz triste que Carbonilla ya no la escucha, pues tiene a Centella para que la ayude y ya no la necesita. Esquiruela dice que eso son tonterías, y Hojarasca Acuática suelta un bufido y responde que supone que también cree que lo mejor es contarlo todo eso a Estrella de Fuego.
El enfado de Esquiruela se esfuma. Su hermana parece tan desesperada que le resulta imposible seguir enfrentándose a ella. El lugar donde ha ido y lo que había hecho no la habían servido para ser más feliz. Maulla que no se lo contará a nadie, y que será mejor que vuelva al campamento. Su hermana asiente y se pone en marcha; luego se vuelve con una mirada tan pesarosa que Esquiruela siente un dolor afiado atravesándole el corazón. Hojarasca Acuática murmura que lo lamenta y que se lo contaría si pudiera. Sin esperar respuesta, desaparece por el borde de la hondonada.
Esquiruela se queda donde está, temblando. Sabe que es inútil regresar a la guarida de los guerreros para intentar dormir. Su estómago vuelve a rugir, recordándole cuánto hacía desde la última vez que había comido. Iría a cazar un rato, un campañol para ella y luego todas las presas que pudiera para el montón de carne fresca. Da media vuelta para internarse en el bosque, pero pega un salto cuando la maleza cruje y aparece Zarzoso.
El guerrero pregunta si era Hojarasca Acuática la que ha visto y de donde viene. Esquiruela contesta que no lo sabe y no necesita autorización para salir del campamento. Zarzoso entorna los ojos, y maulla que no es seguro pasearse a solas por la noche. Esquiruela miente diciendo que son cosas de curanderas.
Zarzoso parpadea y la joven guerrera no está muy segura de haberlo convencido. Probablemente Zaroso había advertido que Hojarasca Acuática no llevaba hierbas en la boca y, ¿por qué iba a bajar por la pared rocosa en vez de usar el túnel. Agita la cola, tensa e impaciente por alejarse antes de que siguiera interrogándola. Maulla que va a cazar,y Zarzoso dice que también; vacila un momento como si quisiera propornerle que cazaran juntos. Es lo último que quiere Esquiruela. La guerrera dice que se va por ahí y se vuelve hacia la frontera del Clan de la Sombra mientras se despide de Zarzoso.
Nota cómo la mirada del guerrero la sigue mientras desaparece entre la vegetación, y no puede reprimir una punzada de pena en el estómago. En otro tiempo, le habría contado a Zarzoso lo de Hojarasca Acuática, confiando en que también haría todo lo posible por ayudarla. Ahora ya no se fía de él, y menosaún de que guardara el secreto de su hermana. Esquiruela no puede imaginarse de qué se trata, pero el miedo que siente por Hojarasca Acuática pende sobre ella como una pesada nube negra a punto de desencadenar una tormenta.

Personajes[]

Principales[]

Secundarios[]

Menciones[]

Referencias y citaciones[]

  1. 1,0 1,1 1,2 1,3 1,4 1,5 Revelado en Crepúsculo, página 229
  2. Revelado en Crepúsculo, página 230
  3. 3,0 3,1 3,2 3,3 3,4 Revelado en Crepúsculo, página 232
  4. Revelado en Crepúsculo, página 241
  5. Revelado en Crepúsculo, página 239


Capítulos de Crepúsculo
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