Los Gatos Guerreros Wiki
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No podemos cambiar nuestro destino. Sólo hemos de tener el valor de saber cuál es, y aceptarlo. El Clan Estelar me está esperando... Adiós, Hojarasca Acuática.

Carbonilla pronunciando sus últimas palabras en Crepúsculo, página 309

El siguiente artículo contiene información detallada del capítulo 23 de Crepúsculo. Si estás buscando un resumen más corto del libro, por favor mira la cronología.

Resumen del capítulo[]

PdV de Hojarasca Acuática[]

Hojarasca Acuática y Corvino Plumoso se detienen junto a los pasaderos que cruzan el arroyo hasta el territorio del Clan del Trueno. Ha caído la noche,y una delgada luna creciente flota en lo alto del cielo. Los dos gatos han caminado durante todo el día, y sólo se habían detenido a mediodía lo justo para comerse un conejo cazado por Corvino Plumoso en el páramo. La joven curandera tiene las almohadillas despellejadas, y el corazón el martillea con un miedo cada vez mayor.
Se despide del guerrero hundiendo el hocico en su pelo, y le maulla que volverá a verle cuando todo eso haya acabado. Corvino Plumoso pregunta que qué quiere decir con adiós, pues no piensa permitir que vaya sola sabiendo que hay tejones hostiles merodeando por allí. Hojarasca Acuática responde que tiene que ayudar al Clan del Viento. El gato gris oscuro le contesta que lo sabe pero que primero va a asegurarse de que llega a su campamento. Al ver el obstinado brillo en los ojos del guerrero, Hojarasca Acuática sabe que discutir sólo serviría para perder el tiempo. Salta rápidamente de un pasadero a otro, desciende la ladera, y se interna en la arboleda.
Es un alivio entrar en el bosque después de viajar tanto tiempo bajo cielo abierto, pero la sensación de haber vuelto a casa no le dura mucoh. Casi al instante, un hedor fétido les rodea, enmascarando todos los demás olores del bosque. Corvino Plumoso gruñe que son tejones. La joven curandera está demasiado aterrorizada para hablar. Aunque se siente agotada por el largo trayecto a través del páramo, aprieta el paso hasta terminar corriendo entre los árboles, con el guerrero gris a su lado. Al acercarse al campamento, oye el sonido de su sueño, que es lo que ha tedo durante todo el viaje: los alaridos de gatos combatiendo, mezclados con los rugidos más graves de sus enemigos. ¡Los tejones han entrado en la hondonada!
Cuando llega al borde del barranco, oye un ruido entre los helechos y el gemido de un gato que pide ayuda. Al volverse, ve a Fronda y Dalia asomándose por debajo de una mata de helechos. Es Dalia quien ha gritado. Fronda exclama el nombre de la joven curandera y se interrumpe de golpe, añadiendo que no se pare y que vaya a ayudar al clan.
Hojarasca Acuática y Corvino Plumoso siguen adelante y bajan la pendiente que lleva a la entrada. La barrera de espinos está destrozada por completo, aplastada por patas monstruosas. Más allá de las ramas desperdigadas, los tejones llenan el claro:; sus músculos se sacuden bajo el áspero pelaje mientras golpean y luchan. Hojarasca Acuática entrevé a su padre, con una luz salvaje en sus ojos verdes mientra anima a su clan con movimientos de la cola. El líder salta sobre el tejón más cercano. Manto Polvoroso y Zarzoso lo imitan. El primero se abalanza sobre el hombro del tejón y le desgarra la piel con las garras. Zarzoso se lanza sobre otra criatura que gruñe a una cola de distancia, salta cuando la bestia agacha la cabeza para embestir y le clava los dientes en la oreja.
Alrededor del claro, las guaridas que han construido hacía apenas dos lunas están arrasadas, con las ramas esparcidas, de modo que a Hojarasca Acuática le cuesta reconocer su hogar. Un tejón gigantesco está destrozando la guarida de los guerreros, persiguiendo a Orvallo. Otro rueda por el suelo a una cola de la joven curandera, enzarzado en un combate conEspinardo, mientras Tormenta de Arena le muerde la pata trasera. Piensa desesperada que ha llegado demasiado tarde. No ve a Medianoche entre los tejones Quizá sus vengativos parientes la habían interceptado de camino al territorio del Clan del Trueno y la habían impedido alertar a los gatos, tal vez incluso la habían matado.
Tras sacudirse el espanto que le paraliza las patas, Hojarasca Acuática irrumpe en el claro atravesando los espinos aplastados. Debe haber algo que pueda hacer para ayudar a sus compañeros de clan, algo más que morir a su lado. Está a punto de unirse a la batalla cuando un alarido espeluznante se eleva porencima del clamor. Procede de la maternidad, la única zona donde el muro de espinos sigue en pie. Dice el nombre de su mentora a Corvino Plumoso, ahogada. Como si sus patas tuvieran alas, araviesa el claro,apenas consciente de que un tejón se abalanza sobre ella, aunque termina en el suelo cuando Corvino Plumoso lo derriba bufando y arañando. El guerrero tiene tiempo de alcanzarla antes incluso de que ella llege a la maternidad.
Justo en la entrada hay una gata rojiza tendida en el polvo, y un tejón se abalanza sobre ella. Hojarasca Acuática grita el nombre de su hermana, y muerde con fuerza la pata del tejón, que se revuelve lanzando una dentellada al aire. Corvino Plumoso también lo ataca, propinándole un zarpazo en los ojos. Con un alarido de dolor, la bestia retrocede y se marcha dando bandazos.
Hojarasca Acuática corre hacia su hermana. El vínculo que sigue conectándoles le dice que no está muerta. La invade un gran alivio cuando Esquiruela levanta la cabeza, parpadeando aturdida. Su hermana maulla que ha vuelto; y la joven curandera la pregunta si está herida. La guerrera toma aire con esfuerzo y responde que sólo está sin aliento, y que un tejón ha entrado en la maternidad, donde están Carbonilla y Acedera, ésta última dando a luz. Una oleada de pánico la inunda, y piensa que ha llegado demasiado tarde.
Corre a la maternidad. En el interio en penumbra resuenan unos gruñidos crueles, sólo interrumpidos por un chillido de terror. Hojarasca Acuática reconoce la voz de Acedera, la llama y pregunta dónde está Carbonilla. En la oscuridad, sólo puede distinguir una figura enorme y encorvada. Elhedor del tejón llena toda la maternidad.Hojarasca Acuática se lanza hacia delante y choca contra un flanco cubierto de pelo áspero, y, tras propinarle un largo zarpazo en el costado, grita que se vaya de ahí.
El intruso gira la cabeza hacia la joven curandera, que capta el destello de unos ojillos maliciosos y sabe de inmediato que está reviviendo su pesadilla de la densa niebla negra. Lanza un zarpazo al hocico de la bestia, del que brota un chorro de sangre. El olor caliente de ésta se mezcla con la pestilencia del tejón, que alza una pata para golpearla, pero justo en ese momento, Corvino Plumoso aparece al lado de la gata y salta a la cara del intruso.
El tejón suelta un bramido de dolor. Se vuelve, da un empujón a Hojarasca Acuática y sale corriendo hacia la entrada de la maternidad, destrozando más ramas mientras sale. Unos acuosos rayos de luna se filtran a través de lo que queda del muro de zarzas, por donde asoman los rostros horrorizados de Esquiruela y Cenizo. La guerrera pregunta qué ha pasado y si Carbonilla está herida. Hojarasca Acuática responde que aún no lo sabe, con la voz temblando de miedo, y que se encargará de ella, mientras ellos montan guardia. Su hermana asiente y regresa a la entrada con Cenizo. Corvino Plumoso entrechoca su hocico con el de Hojarasca Acuática, antes de seguirlos, y le maulla que le llame si lo necesita.
El suelo de la maternidad está cubierto de una espesa capa de musgo y helechos. Acedera está tumbada en el extremo más alejado, con la cabeza levantada y los ojos desorbitados de terror. Un fuerte espasmo le sacude evientre, y Hojarasca Acuática se da cuenta de que sus cachorros están a punto de nacer. Cuando va a cruzar la maternidad, sus patas rozan un cuerpo inerte y desmanejado. Carbonilla yace sobre el lecho de musgo, con las patas y la cola inmoviles y los ojos cerrados. Sangra lentamente por una herida en el costado.
La joven curandera susurra su nombre y le pide que despierte. Carbonilla abre los ojos y la mira; dice con voz quebrada que no ha dejado de rogar al Clan Estelar que volviera. La joven maulla que jamás debería haberla abandonado, y se agacha junto a su mentora, aspirando su reconfortante y familiar aroma. Le pide disculpas y le pide que no se muera,. Recoge un puñao de musgo y lo apreta contra la herida de la gata, maullando que va a recuperarse y que en cuanto cese la hemorragia, irá a por un poco de caléndula para que la herida no se infecte, y a por semillas de adormidera parael dolor, para que así pueda dormir y descansar. Carbonilla susurre que lo deje, que es inútil y que va a reunirse con el Clan Estelar. Hojarasca Acuática maulla que no diga eso, y recoge más musgo,aplastándolo contra el flujo de sangre, que no da muestras de detenerse.
La curandera intenta levantar la cabeza, pero el esfuerzo es demasiado para ella y la deja caer de nuevo. Murmura que el Clan Estelar le dijo que vendría a bucarla pronto, pues es el destino que ha trazado para ella. Hojatasca Acuática si sabía que iba a morir sintiendo como si un negro abismo se hubiera abierto bajo sus pies y ella está hundiéndose en sus profundidades. Carbonilla responde que es su destino, no el suyo. Hojarasca Acuática exclama que sabía que estaba viéndose con Corvino Plumoso y que si se marchaba el Clan del Trueno se quedaría sin curandera. Le dice que debería haberla obligado a quedarse.
Carbonilla parpadea despacio, sus ojos azules tiene ahora un intenso brillo. Maulla que jamás la obligaría a hacer nada, pues no quería que se quedara si eso iba a hacerla desdichada; ddebe desear ser curandera con todo su corazón. Hojarasca Acuática responde que lo quiere, como había dicho Jaspeada, tiene que seguir a su corazón. Carbonilla dice que es una curandera maravillosa; pero Hojarasca Acuática responde que no lo es, pues se fue y la abandonó a ella y al clan.
La punta de la cola de la curandera se agita sin cesar; maulla que no hay nada que perdonar y que ahora sabe que el Clan del Trueno está bien cuidado, y que se alegra de unirse al Clan Estelar. Hojarasca Acuática grita que no, como si con la simple fuerza de su voluntad pudiera retroceder en el tiempo y evitar l a muerte de su mentora. Maulla que es culpa suya y que debería haber estado allí. Carbonilla niega con la cabeza y dice que no habría cambiado nada, pues no pueden cambiar su destino, sólo han de tener el valor de saber cuál es y aceptarlo. Suelta un largo suspiro y añade que el Clan Estelar la está esperando, despidiéndose de su aprendiza.
La curandera cierra los ojos; su cuerpo se sacude una vez y luego se queda inmóvil. Hojarasca Acuática grita su nombre y entierra el hocico en su pelaje. Siente como si toda la escarcha de la estación sin hojas se le hubiera pegado a las patas.
Un instante después, nota el cálido roce de un cuerpo, y se da cuenta de que Corvino Plumoso está a su lado. El guerrero maulla que lo siente, pues sabe lo que Carbonilla significaba para ella. La joven se lamenta de que ella se lo enseñó todo y ahora está muerta. Le dice al guerrero que no sabe qué hacer; confió en Jaspeada cuando dijo que siguiera el dictado de su corazón cuando ella sabía que Carbonilla iba a morir. Corvino Plumoso se aprieta contra ella y le lame la cara y las orejas, acariciándola con dulzura. Maulla que ha seguido a su corazón, y éste dijo que volvera a casa. Jamás habría podido ser feliz lejos de su clan.
La joven curandera vuelve la cabeza y ve dolor en sus ojos. Susurra que pasa con él. Corvino Plumoso baja la mirada y responde que su corazón nunca ha sido realmente de él. Hojarasca Acuática siente como si estuvieran partiéndola endos, pero sabe que Corvino Plumoso tiene razón. Lo ama, pero no lo suficiente. Se recuesta contra él unos segundos, sintiendo su calor y su fuerza por última vez. Luego roza a Carbonilla con el hocico. Diriguiéndose a su mentora, promete que se quedará allí y cuidará al clan; y que algún día volverán a verse, paseando entre las estrellas.
Por un instante, cree percibir el roce de dos cuerpos, y capta olores familiares mientras Carbonilla y Jaspeada se restriegan contra ella. Jaspeada susurra que el Clan Estelar está con ella, y Carbonilla añade que siempre estarán observándola. Luego desaparecen. La joven curandera se queda agachada en el suelo de la maternidad, con el rugido de la batalla resonando todavía en el exterior,y con Acedera jadeando en el extremo más alejado mientras sus hijos pugnan por salir al mundo.
Corvino Plumoso maulla que su amiga la necesita y pregunta si puede hacer algo. Hojarasca Acuática responde que puede ayudar a los otros a mantener a raya a los tejones, sorprendida por la calma de su voz. Maulla que si es posible, que le pida a alguien que le lleve hasta la guarida de Carbonilla y que le traiga algo de menta acuática; pero si no puede, se las arreglará sin ella, lo más importante es mantener a los tejones lejos de allí.
El guerrero gris oscuro inclina la cabeza y sale. Hojarasca Acuática rodea el cuerpo de Carbonilla y cruza el lecho musgoso hasta Acedera. Maulla que no se preocupa, que ya está allí y todo va a salir bien.

Personajes[]

Principales[]

Secundarios[]

Menciones[]

Eventos[]

Muertes[]

Refernecias y citaciones[]

  1. 1,0 1,1 Revelado en Crepúsculo, página 303
  2. 2,0 2,1 2,2 2,3 2,4 Revelado en Crepúsculo, página 304
  3. 3,0 3,1 3,2 3,3 3,4 Revelado en Crepúsculo, página 305
  4. 4,0 4,1 4,2 Revelado en Crepúsculo, página 307
  5. Revelado en Crepúsculo, página 310
  6. Revelado en Crepúsculo, página 309


Capítulos de Crepúsculo
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