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Plumosa a Hojarasca Acuática sobre Corvino Plumoso en Crepúsculo, página 105

El siguiente artículo contiene información detallada del capítulo 6 de Crepúsculo. Si estás buscando un resumen más corto del libro, por favor mira la cronología.

Resumen del capítulo[]

PdV de Hojarasca Acuática[]

Hojarasca Acuática se queda sentada mientras ve como su hermana y Cenizo se encaminan hacia los arbustos para volver a la orilla. Cuando mira al otro extremo del claro donde había visto a Corvino Plumoso por última vez, se da cuenta de que el guerrero la está mirando. La curandera echa un vistazo a su alrededor, viendo que los demás gatos se movían entre las sombras para volver al árbol puente y que nadie la prestaba atención.

Empieza a bordear el claro, pero Carbonilla la llama y se queda paralizada, sintiendo un hormigueo de frustración. Respira hondo antes de volverse y preguntar a Carbonilla lo que quiere. La curandera le dice que se va a quedar atrás y que se apresure. Hojarasca Acuática entorna los ojos, pensando que su mentora la estaba alejando de Corvino Plumoso de forma deliberada, y le responde que ahora va. Lanza una mirada por encima del hombro y ve que Corvino Plumoso la observaba con expresión angustiada, pero sabe que lo único que pude hacer es seguir a Carbonilla. Se recuerda que es curandera y que no puede amar a Corvino Plumoso.

Un dulce aroma envuelve a Hojarasca Acuática, y una voz susurra su nombre. Al principio cree que era Jaspeada, pero cuando abre los ojos ve que en realidad la que la había llamado era Plumosa. con la luz estelar refulgiendo a su alrededor. La curandera se la queda mirando, desconcertada. Más allá de su luche, la hondonada estaba bañada por una luz plateada, a pesar de que la luna estaba menguando y habían pasado días desde la Asamblea. Hojarasca Acuática se da cuenta de que está soñando.

La curandera le pregunta a Plumosa qué es lo que sucede. Supone que ha ido a hablarle de Corvino Plumoso y siente una punzada de culpabilidad, pues Plumosa había amado a Corvino Plumoso. Tartamudea una disculpa, pero Plumosa le pasa la cola por la boca, maullando que tienen que hablar pero no allí. La pide que la siga. Plumosa se encamina hacia el claro, y Hojarasca Acuática la sigue.

Centella y Hollín, que están montando guardia, parecían hechos de piedra; ninguno de los dos se movió cuando Plumosa y Hojarasca Acuática pasaron a su lado y cruzaron el túnel de espinos. Se detienen a varios zorros de distancia del campamento; Plumosa se acomoda en un sitio cómodo de larga hierba e indica a Hojarasca Acuática que se una a ella. Empieza maullando qué se imagina lo que está pensando la curandera: que está enfada por Corvino Plumoso. Hojarasca Acuática parpadea, demasiado avergonzada para admitir sus temores. La guerrera estelar la pregunta si cree que no le gustaría verle feliz, y que ella le hace feliz. Hojarasca Acuática exclama que ella es curandera, sintiendo un cosquilleo de alegría por que Plumosa no estuviera enfadada con ella, y que le gustaría hacer feliz a Corvino Plumoso, pero no puede. Plumosa le dice que no está allí para eso, si no que necesita que haga algo.

Hojarasca Acuática endereza las orejas y le pregunta qué es lo que quiere que haga. Plumosa responde que se trata sobre Ala de Mariposa, tiene que transmitirle un mensaje pero no puede llegar a ella. Hojarasca Acuática recuerda que la curandera del Clan del Río la había confesado que no creía en el Clan Estelar. Alarmada, se pregunta si el Clan Estelar está enfadado con Ala de Mariposa. Le dice a Plumosa que Ala de Mariposa conoce las hierbas sanadoras y que cuando era aprendiza quería creer. Plumosa le responde que lo sabe y que el Clan Estelar esperaba que con el tiempo encontraría la fe en ellos, pero que como eso no ha ocurrido no pueden darle los mensajes que necesita su clan.

Hojarasca Acuática comienza a hacer una pregunta, pero se detiene, titubeante. Al final, le dice a Plumosa que Arcilloso esperó a una señal antes de aceptarla como aprendiza, y que una mañana se encontró un ala de mariposa a la entrada de su guarida y lo tomó como confirmación de que el Clan Estelar aprobaba su elección; pregunta si Arcilloso se equivocaba. Plumosa se lame el pecho y contesta que no puede esperar comprender las señales enviadas a otro gato. Le pide que le lleve un mensaje a Ala de Mariposa. Hojarasca Acuática le pregunta qué es lo que quiere que le diga. La guerrera estelar responde que el Clan del Río está en un grave peligro a causa de los Dos Patas. La curandera ladea la cabeza, desconcertada, y responde que aún no han visto ni uno y que se supone que no aparecerán por allí hasta la estación de la hoja verde. Plumosa malla que no puede contar más aparte de que el peligro sólo afectará al Clan del Río. Hojarasca Acuática acepta a llevar el mensaje, y Plumosa le da un lametón en la cabeza, dándole las gracias y diciendo que si las cosas hubieran sido distintas, habrían sido buenas amigas. Hojarasca Acuática quería creerlo, a pesar de que eran de clanes distintos, y se pregunta qué hubiera pasado con Corvino Plumoso.

El olor de Plumosa se desvanece, y cuando abre los ojos se encuentra en su lecho ante la guarida de Carbonilla. Mientras se despereza bostezando, Carbonilla se asoma a olfatear el aire y anuncia que ese día lloverá y que será mejor que vaya a ver cómo le va a Cenizo con la herida del cuello. Hojarasca Acuática responde que irá enseguida.

Se va a buscar a Cenizo, pensando cómo se puede escabullir para visitar a Ala de Mariposa y entregarle e l mensaje de Plumosa. Se pregunta si debería contarle a Carbonilla la visita de Plumosa, pero rehúsa porque significaría contarla el secreto de Ala de Mariposa.

Ve a Cenizo entrando por el túnel de espinos, y el guerrero la pregunta si le estaba buscando. Hojarasca Acuática le responde que ha ido a examinar su herida, y al observarla, le dice que está bastante bien y que lo consultará con Carbonilla, aunque no cree que hará falta aplicar más hierbas. Cenizo le dice que es una suerte que no se haya infectado; Hojarasca Acuática le contesta que si siente molestias se lo comunique a las curanderas.

En ese momento se acerca Esquiruela, que acababa de dejar un par de estorninos en el montón de carne fresca, saludando a su hermana y exclamando que no se puede imaginar lo que han encontrado patrullando. Cuando su hermana se interesa, le brillan los ojos y responde que han encontrado nébeda. Hojarasca Acuática exclama que eso es imposible, pues la nébeda sólo se encuentra en los jardines de Dos Patas, y se le cae el alma a los pies mientras pregunta si han visto casas de Dos Patas en su territorio. Esquiruela responde que la han visto en la vivienda abandonada que encontró Zarzoso y su patrulla. Hojarasca Acuática no se esperaba encontrar la planta en el territorio, y maúlla que se lo contará enseguida a Carbonilla, dándole las gracias a su hermana.

Mientras se dirije hacia su guarida, piensa que puede ser la solución a su problema, y va a buscar a Carbonilla. La curandera estaba repasando sus provisiones de hierbas y cuando la ve maúlla que menos mal que la estación de la hoja nueva está cerca, porque se les están acabando las semillas de adormidera. Hojarasca Acuática le cuenta lo del descubrimiento de la nébeda. Carbonilla ronronea y la pide ir allí para traer un poco. La joven curandera asiente y dice que así aprovechará a echar un vistazo por la zona por si hay algo más que les resulte útil. Iba a salir cuando Carbonilla la detiene y la pregunta si no cree que debería llevarse a un guerrero con ella. A Hojarasca Acuática se le para el corazón; y piensa que en otros tiempos se se habría llevado a Acedera, pero la joven gata parda tenía que descansar por el bien de sus cachorros. Le promete a su mentora que estará bien; y Carbonilla responde que tenga cuidado y vigila dónde se mete.

Hojarasca Acuática cruza a toda prisa el túnel de espinos. No había ido nunca a la casa derruida pero sabía que estaba cerca del sendero abandonado que partía de la hondonada rocosa. Cuando llega a la vivienda,la luz de la mañana seguía proyectando largas sombras por el bosque. Hojarasca Acuática se estremece, pues aunque Zarzoso le había descrito el lugar no se había imaginado lo siniestro que sería; piensa que preferiría enfrentarse a zorros salvajes antes de entrar ahí.Examina los muros y la pieza de madera que antes bloqueaba la entrada. No se movía nada y cuando saborea el aire no capta olor a Dos Patas, pero sí detecta el olor a nébeda, y lo sigue hasta encontrar la mata que Esquiruela le había descrito. Corta unos cuantos tallos y se aleja de la vivienda.

En lugar de tomar el sendero que lleva al campamento, cruza el bosque trazando un amplio arco, hasta llegar al arroyo que marcaba la frontera con el Clan del Viento. Avanza por los arbustos, siguiendo el arroyo hasta el punto por el que el Clan del Trueno había cruzadoel día en que llegaron a su territorio por primera vez. Se detiene para cazar y apresa a un campañol, devorándolo después. Al final, entra al territorio del Clan del Viento.

Sigue la corriente que había al otro lado hasta estar a dos zorros de distancia del lago. Respira aliviada, pensando que no debería tener problemas porque iba a ocuparse de un asunto de curanderos. Corre por la orilla del lago, nerviosa al principio por si había gatos del Clan del Trueno patruillando en el arroyo. Reduce el ritmo cuando un pliegue del terreno la oculta, mientras comienza a pensar qué iba a decirle a Ala de Mariposa. Se detiene en seco con el corazón desbocado al pensar si la curandera del Clan del Río se tomaría en serio la advertencia si no creía en la existencia del Clan Estelar. Se intenta convencer de que tiene que creerlo y que Plumosa la está observando desde el Clan Estelar.

No le quita ojo a las laderas del páramo, pero no ve a ningún miembro del Clan del Viento. Se reprende a sí misma diciendo que no tiene sentido que siga esperando ver a Corvino Plumoso. Tampoco ve a los mininos domésticos del cercado de los caballos, pero cuando traspasa las nuevas marcas olorosas del Clan del Río, una patrulla se acerca a ella, encabezada por Vaharina, y compuesta de Musgosa y un aprendiz que no había visto nunca.

Vaharina la saluda y pregunta si va todo bien. Hojarasca Acuática le enseña los tallos de nébeda y responde que le trae hierbas a Ala de Mariposa. La lugarteniente del Clan del Río maúlla con aprobación y le dice que puede ir con ellos, pues estaban a punto de volver al campamento. Hojarasca Acuática sigue a la patrulla, avanzando junto a la corriente de aguas rápidas y poco profundas, al que más adelante se le unía un arroyo más pequeño. Los dos riachuelos estaban bordeados de carrizos y cubierta de frondosos arbustos; la curandera del Clan del Trueno puede detectar el olor a muchos gatos. Vaharina vadea la corriente y salta a la ribera opuesta, dándole la bienvenida.

Hojarasca Acuática cruza con cautela el arroyuelo, deseando sentirse tan segura en el agua como los gatos del Clan del Río. Pasan ante un zarzal donde Flor Albina estaba tomando el sol con tres cachorros; la reina saluda a la curandera con un movimiento de la cola. Más adelante había un par de aprendices luchando bajo la sombra de unos helechos. La joven curandera repara en un montón de carne fresca bien surtido, y le comenta a Vaharina que están bien instalados en ese lugar. La lugarteniente asiente con satisfacción y dice que es un buen sitio. Guía a Hojarasca Acuática hasta un arbusto de espinos que crecía por encima del arroyo más estrecho; su interior estaba lleno de pilas de hojas y bayas.

Ala de Mariposa está inclinada al borde de un remanso, seleccionando un montón de cola de caballo. Vaharina le informa que tiene visita, y la curandera alza la vista, poniéndose en pie de un salto mientras ronronea de alegría. Le pregunta a Hojarasca Acuática qué hacer allí; y la curandera le enseña la nébeda que la ha traído. Ala de Mariposa exclama que es genial, pues aún no ha encontrado nébeda en su territorio.

La curandera del Clan del Trueno mira a su alrededor para asegurarse de que Vaharina se ha ido; pues tenía que entregar el mensaje de Plumosa aunque no se sintiera cómoda. Maúlla quedamente a Ala de Mariposa que la nébeda era sólo una de las razones por las que ha ido allí y que tiene un mensaje para ella del Clan Estelar. A Ala de Mariposa se le salen los ojos de las órbitas, y Hojarasca Acuática se arrepiente de haber ido allí con el mensaje, pues podría estar insinuando que Ala de Mariposa no podía ser una buena curandera por no poder recibir el mensaje. Sin embargo, Ala de Mariposa endereza las orejas, esperando a que continuara.

Hojarasca Acuática le explica que tuvo un sueño donde Plumosa fue a verla. Los ojos de Ala de Mariposa se llenan de tristeza. Le cuenta que Plumosa no puede llegar a ella y que la pidió que entregara un mensaje: que el Clan del Río está en un grave peligro a causa de los Dos Patas. La curandera del Clan del Río permanece en silencio, con una mirada pensativa. Ala de Mariposa empieza a decir que no hay Dos Patas, pero se interrumpe y exclama que el pequeño Sendero Atronador ha estado tan tranquilo que no se han preocupado por él. La invita a ir allí para comprobarlo. Hojarasca Acuática duda, pues su intención era entregar el mensaje y volver al campamento, y si se quedaba más tendría que pasar allí la noche. Sin embargo, era importante comprobar la ozona.

Acepta acompañarla. Se siente aliviada de que Ala de Mariposa no la culpara por llevar aquel mensaje de Plumosa, y siente una oleada de calidez por su amiga; deseando que Plumosa las estuviera observando para que viera lo dedicada que estaba Ala de Mariposa al cuidado de sus compañeros de clan. La curandera del Clan del Río la conduce río arriba hasta un punto en el que un pasadero rompía la superficie del agua. Cruza al otro lado y la espera.

Hojarasca Acuática le confesa que temía que pensara que eran sólo tonterías, y la pregunta si está comenzando a creer en el Clan Estelar. Ala de Mariposa agita los bigotes y responde que no, que las estrellas sólo son ciegos puntitos de luz en el cielo nocturno, no gatos muertos que les observan. Hojarasca Acuática hace una pausa mientras rodean una mata de ortigas, y le pregunta que si no cree en el Clan Estelar, por qué hace caso de la advertencia de Plumosa. La gata la mira a los ojos y contesta que cree en ella. La curandera del Clan del Trueno sacude la cabeza y dice que es absurdo, que cómo iba a saber ella algo a menos que se lo hubiera contado el Clan Estelar. Ala de Mariposa maulla que es una buena curandera que observa lo que la rodea, y que de algún modo habrá visto u oído algo que implica peligro; y que cómo cree en el Clan Estelar, todo surgió en un sueño con Plumosa. Se da media vuelta y sigue adelante. Hojarasca Acuática no cree que las cosas sean tan sencillas, pero no protesta.

Cuando llegan al pequeño Sendero Atronador, mira a su alrededor con curiosidad. No había estado en ese lugar, aunque Esquiruela se lo había descrito. Había un amplio espacio cubierto con el mismo material duro del Sendero Atronador, y una pequeña casa de Dos Patas de madera en una esquina. Un medio puente hecho de tablones de madera se internaba en el agua. Todo estaba en silencio.

Ala de Mariposa saborea el aire y maúlla que huele al Clan de la Sombra; Hojarasca Acuática recuerda que aquella es la frontera con el Clan de la Sombra. También dice que huele a algo más. Hojarasca Acuática capta un matiz áspero que le eriza el pelo, y comenta que por allí han pasado monstruos de Dos Patas. Ala de Mariposa la mira y dice que no han pasado recientemente, y que además hay también un olor rancio a Dos Patas. Le dice que no cree que pueda llamar un grave peligro a eso. Hojarasca Acuática pregunta qué entonces de donde puede venir la amenaza. Ala de Mariposa agita la punta de la cola y responde que quién sabe qué se les puede ocurrir a esos Dos Patas, y que tal vez todavía no haya sucedido nada. Da media vuelta y echa a andar por la orilla del lago, deteniéndose de vez en cuando para probar el agua. Le dice a Hojarasca Acuática que no volverá a cometer un error como el del charco con el conejo muerto que provocó dolor de barriga a los veteranos. Cuando llegan al arroyo también prueban el agua, asegurándose de que está bien.

Vuelven al campamento del Clan del Río, y Ala de Mariposa lleva a Hojarasca Acuática hasta su guarida, donde beben en el remanso. El sol ya se ponía. Como temía Hojarasca Acuática, era demasiado tarde para volver a casa. Ala de Mariposa la invita a dormir allí, y la curandera del Clan del Trueno acepta. Sabe que Carbonilla estaría echándola de menos desde hace mucho y que debería responder preguntas incómodas cuando regresara, pero era más seguro pasar allí la noche por si había tejones por los alrededores.

Un aprendiz lleva a Ala de Mariposa un carnoso pez, suficiente para que lo compartieran las dos curanderas. Mientras Hojarasca Acuática se acomoda para dormir junto a Ala de Mariposa, le murmura que no se olvide del mensaje de Plumosa. Ala de Mariposa, adormilada, le asegura que sí estará atenta a cualquier amenaza y que no se preocupe. Pero la joven curandera no puede evitar preocuparse, pues era fácil que Ala de Mariposa se olvidara de la advertencia o que acabara pensando que no era importante. Estaba segura de que se avecinaban problemas.

Personajes[]

Principales[]

Secundarios[]

Menciones[]

Capítulos de Crepúsculo
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