El siguiente artículo contiene información detallada del capítulo Capítulo 3 de Eclipse. Si estás buscando un resumen más corto del libro, por favor mira la cronología.
Alerta de Spoiler: A partir de ahora se podrían revelar detalles de la trama y argumento.
Leonino tiene un sueño en donde está en la cima de una montaña. El cielo se encontraba sin estrellas, sin embargo él era capaz de ver todo con claridad. Él reclama todo el territorio como propio, mientras se mueve con gracia y agilidad por las rocas. Exclama tener el poder de las estrellas en sus patas, pero su sueño es interrumpido por Cenizo, quien le grita para hacer una patrulla de caza. Leonino despierta sobresaltado y se dio cuenta de que ya era mediodía y todos estaban levantados. Aún medio dormido recordó haber llegado a altas horas de la noche de su viaje, y se pregunta si Cenizo le perdonaría haberse dormido hasta tarde. Leonino se estira y se revisa las patas adoloridas, a lo que Cenizo vuelve a gritarle, más cortante. Leonino cree merecer un descanso pero se dirige a su mentor, quien le reclama por despertarse tarde. A pesar de eso, Cenizo le dice que entiende que esté cansado pero le había prometido a Candeal y a Albina de acompañarlas a una patrulla de caza. Leonino nota a Albina emocionada saltando en el claro y piensa que Estrella de Fuego habría elegido a Candeal como su mentora para enseñarle a como cazar a pesar de su pelaje blanco.
Candeal se acerca a preguntar si están listos y Leonino nota que la guerrera blanca está nerviosa, posiblemente por ser su primera vez como mentora. Cenizo le pregunta a Candeal a dónde ir y ella no se decide. Leonino sugiere un lugar pero Cenizo lo ignora y le vuelve a preguntar a Candeal. El aprendiz se molesta un poco por esto, y se enfada porque nadie le ha preguntado sobre el viaje a las montañas. Albina le pregunta si su postura de acecho era correcta pero él estaba distraído en sus propios pensamientos. Cenizo entonces la corrige y Leonino se sorprende, ya que creía que no le interesaban los aprendices. Cenizo lo mira entornando los ojos y luego dándole la espalda, y Leonino sabe que le reprocha no haber corregido a la aprendiza. Se molesta por tener que hacer de mentor pero recuerda cómo Borrascoso o Látigo Gris le habrían ayudado y decide enseñar a Albina. Leonino nota lo mucho que le gusta enseñar como mentor pero se pregunta si la profecía lo alejaría de aquel camino.
Los gatos se dirigieron a cazar y Albina preguntaba de cazar en cada claro en el camino. Candeal le preguntaba a Cenizo hasta dónde ir pero él no le respondía. A Leonino le extrañó que no le ayudara, pero cuando él trató de ayudarla su mentor lo detiene y le susurra que quiere que ella gane confianza por su cuenta.
Albina logra cazar una presa y los guerreros la felicitan orgullosos, pero Leonino no se siente impresionado por su pequeña presa. Se preguntó qué hubieran dicho si lo hubieran visto pelear contra invasores de las montañas, que no tenía comparación. Entonces Cenizo le advierte de un tordo y Leonino lo caza en el aire con habilidad. Los gatos se sorprenden y lo felicitan, y Leonino concluye que Glayino tenía razón y que quizás era mejor que ellos no supieran de lo que era capaz, ya que podría no gustarles.
Los gatos se dirigieron al campamento con sus presas. Albina lo felicitó diciéndole que es un cazador estupendo, incluso mejor que Carrasquera. Ella le dice que Cenizo lo ha entrenado bien y Leonino lo mira, sabiendo que su otro mentor, Estrella de Tigre, también lo había entrenado. Además de que él tenía poderes debido a la profecía.
Cuando entran al campamento, se siente distanciado de sus compañeros de clan por la profecía. Albina corre a sus compañeros para hablarles emocionada de su primera presa lo que hizo que Leonino sintiera envidia al saber que nunca volvería a sentirse tan libre y emocionado por un logro tan pequeño.
Leonino deja su presa en la pila y Carrasquera se acerca y lo felicita, pero notó que ella se mantenía distante. Él le pregunta si se siente rara al ser diferente debido a la profecía, pero ella no le sigue el hilo de la conversación. Leonino se desespera, queriendo hablar con alguien del tema, pero Carrasquera se alarma al creer que él contaría el secreto y le riñe advirtiéndole que no debería contárselo a nadie. Leonino se frustra al ver que Carrasquera le daba muchas vueltas a la profecía y no lo escuchaba, así que se dio media vuelta y se fue.
Los otros aprendices toman presas de la pila y se las dan a las reinas y a los veteranos. Glayino se ocupa de las garrapatas de los veteranos mientras comen. Leonino nota como su hermano las quitaba con paciencia y piensa en como ya no se parece en nada al aprendiz resentido que no quería ser curandero. Se preguntó si el saber de la profecía hizo que su trabajo fuera más fácil y si eso lo ayudaría a él con su propia frustración. Miró a Estrella de Fuego y a Tormenta de Arena bajar de la cornisa y se preguntó si se sentirían orgullosos de saber que sus nietos formaban parte de la profecía o si se sentirían inquietos.
Zarzoso, Esquiruela, Raposino y Bayo vuelven de patrullar e informan de que el Clan del Viento sigue cazando en los bosques de su propio territorio. Carboncilla, que parecía ansiosa de realizar cualquier tarea después de recuperarse de su pata, pide ir en la patrulla del anochecer y Zarzoso acepta, añadiendo que iba a pedir a Látigo Gris que se uniera. Mili aparece al mencionar a Látigo Gris y se la nota bastante hinchada por el embarazo. Sus cachorros nacerían pronto.
Carrasquera le lanza un tordo a Leonino, asustándolo. Ella lo invita a comer juntos y él se pregunta si esa era su manera de disculparse, pero duda que ella se diera cuenta de lo mandona que podía llegar a ser. De todas formas, agradece la invitación ya que sabía que ella y Glayino se encontraban en la misma situación que él. Comieron juntos y Leonino se sintió más cómodo en el clan.
Estrella de Fuego le pregunta a Zarzoso sobre el viaje a las montañas y él le responde que les fue bien. Leonino se frustró de que no contara sobre su desempeño en la batalla pero Carrasca le advirtió que era mejor si no llamaban la atención. Él deseó para sí mismo que hubiera otra batalla para demostrarles a todos sus habilidades.
Leonino, cansado, se dirige a su lecho pero es interrumpido por los otros aprendices que parecían no quedarse quietos. Carbonilla entra a la guarida enseñando un trocito de panal con miel que trajo para compartir. Albina le da un lametazo y comenta que no sabe a nada, y Rosellera le responde que todos sabían eso, y que a ella le gustaba cómo le recordaba a la sensación de la leche. Leonino, todavía acostado en su lecho, se cubre con las patas tratando de ignorar los ronroneos de los demás aprendices, sintiéndose cada vez más solo. Su hermana Carrasquera entra a la guarida y se tumba a su lado, diciéndole que no le interesa unirse a los otros aprendices, lo que hizo que Leonino se sintiera menos solo y lograra dormir.
Leonino despierta en el Bosque Oscuro y Estrella de Tigre lo saluda con un gruñido. Alcotán le dice que necesita entrenamiento y Leonino le reclama que había peleado bien en la batalla en las montañas. Estrella de Tigre lo desestima y le ordena atacar a Alcotán. Leonino logra herirlo gravemente y le insiste a Estrella de Tigre que lo escuche, contándole que tiene superfuerza debido a la profecía. El líder no le creyó y Leonino se sintió frustrado. Estrella de Tigre le responde que tener un sueño y vencer a gatos proscritos no lo hace poderoso, y Leonino empieza a dudar sobre si la profecía era real o si solo había sido todo coincidencia.