El siguiente artículo contiene información detallada del capítulo Capítulo 5 de Eclipse. Si estás buscando un resumen más corto del libro, por favor mira la cronología.
Alerta de Spoiler: A partir de ahora se podrían revelar detalles de la trama y argumento.
Glayino sale de la guarida mientras Hojarasca Acuática y Nimbo Blanco comparten una musaraña y va al montón de carne fresca. Observa que las patrullas de caza ya han llenado el montón antes de que el sol llegara a su cenit. Mientras coge una musaraña del fondo, recuerda la imagen de Carbonilla muriéndose de hambre en el antiguo campamento. Se pregunta si Hojarasca Acuática estará pensando en su antigua mentora mientras comía con Nimbo Blanco.
Látigo Gris corre por el claro y le dice a Glayino que se dé prisa, diciendo que iba a salir de patrulla de caza. El gato ciego se emociona ante la idea de cazar, pero el guerrero gris le dice que él, Acedera y Ratonero irán de caza mientras Glayino busca hierbas. El aprendiz ya no tiene mucha hambre y vuelve a poner a la musaraña en la pila, diciéndole a Látigo Gris que comerá cuando vuelvan.
Látigo Gris anuncia que van a bajar al lago, y Glayino ahora está emocionado, pensando en el palo y en los misterios que puede contener. Acepta ir, maullando que sería bueno salir y estirar las piernas. Látigo Gris se vuelve hacia la patrulla y se une a ellos, y Glayino sigue al viejo guerrero. Acedera y Ratonero pasean impacientes por el claro, y cuando la patrulla está reunida, salen corriendo hacia el bosque. Ratonero comenta muchas cosas a Glayino con emoción, como que quiere cazar una ardilla.
Glayino nota que es un día caluroso mientras Ratonero corre con Látigo Gris siguiéndolo. Acedera menciona que desearía que fuera hoja verde todo el tiempo, rozando su pelaje contra el de Glayino para guiarlo. El gato ciego está de acuerdo, pero se aleja de ella, no necesita ser guiado a través de esta parte del bosque. Corre un poco más rápido, y Acedera le pide que la espere. Alcanzan a Ratonero y Látigo Gris en la subida, donde el bosque termina y se abre a la pradera que lleva al lago. Ratonero está jadeando, sin aliento, y Látigo Gris les informa de que el joven guerrero casi había cazado una ardilla, pero informa a la patrulla de que se escabulló hacia un árbol antes de que el guerrero pudiera atraparla. Ratonero lo culpa a la llamada de alarma de un mirlo, y Látigo Gris intenta consolarlo, maullando que atrapará al siguiente. Acedera dice que no puede esperar a salir de caza con sus hijas Melosa, Rosellera y Carboncilla cuando sean guerreras. Ella menciona que pronto tendrán su evaluación, pero Glayino comienza a preguntarse si Carboncilla está realmente lista, dudando de que su mentora, Hojarasca Acuática esté en lo cierto acerca de que su pierna está completamente curada.
Ratonero añade que será genial tenerlos en la guarida de los guerreros, añadiendo que eso podría evitar que todos los viejos guerreros acaparen los mejores lechos y roben todo el musgo más suave. Acedera y Látigo Gris se burlan de él, y la gata bromea diciendo que Espinardo y Manto Polvoroso estarán encantados de oír eso. Ratonero pregunta alarmado si se lo dirán, y Acedera dice que no. Señala que después de que nazcan los cachorros de Mili, Látigo Gris se sentirá aún más joven mientras se lanza ladera abajo. Glayino se apresura tras ella, y cuando llegan a la orilla, Látigo Gris pregunta si es un buen lugar para recoger hierbas. Glayino asiente, comentando que puede conseguir malva junto al agua. Acedera dice que Ratonero puede ayudarlo, quien protesta por su ardilla hasta que Látigo Gris lo interrumpe, maullando que su presa podría esperar. Ratonero accede a regañadientes, pero luego se ilumina al pensar que si están cerca del agua, podría pescar algún pez. Glayino lo duda, y en privado piensa que a menos que haya tenido un mentor del Clan del Río, no pescará nada del agua.
Mientras se dirigen hacia el lago, Ratonero comenta que el lago es suave como una hoja de laurel, y luego le pregunta a Glayino qué aspecto tiene la malva, olvidando que es ciego. El aprendiz de gato curandero se encoge de hombros y responde que nunca ha visto ninguna. Ratonero chilla consternado diciendo que lo siente, pero Glayino lo desestima, sabiendo que ha sido un desliz. El gato ciego olfatea el aire, y un olor dulce llena su nariz mientras señala la orilla del agua, diciendo que eso es malva. Ratonero parece impresionado, pero Glayino no responde. Le pregunta al joven guerrero si puede recoger toda la malva que pueda, diciendo que había algo más arriba en la orilla que quería comprobar. Ratonero se apresura a bajar al agua, y Glayino se aleja de él.
Se acerca a la línea de árboles y olfatea los troncos retorcidos hasta que encuentra el palo. El aprendiz lo saca y el alivio inunda su pata al sentir la suavidad de la madera expuesta, confirmando que es el palo correcto. Glayino se pregunta sobre la verdad del palo, sabiendo ahora más que antes, sobre como las líneas representaba el fracaso o éxito de incontables gatos. No sabe qué clan o Tribu había usado estos túneles para probar a los aprendices a convertirse en guerreros. Glayino se pregunta si esto significaba que todos los Clanes y Tribus estaban vinculados de alguna manera.
Ratonero chapotea hacia él, apestando a malva mientras se acerca a Glayino, que empujó el palo donde estaba. El guerrero le pregunta qué estaba haciendo, y él responde rápidamente que estaba comprobando algo. Ratonero escupe las hojas al suelo y le pregunta si estaba revisando un palo. Glayino miente diciendo que no era importante, solo cosas de curanderos que él nunca entendería. Se prepara para una avalancha de preguntas, pero para su sorpresa, Ratonero simplemente comienza a formar un montoncito con las hojas y responde que estaba contento de ser un guerrero, su maullido apagado mientras recogía las hojas de nuevo con su boca.
Látigo Gris pregunta desde la orilla si Ratonero ha pescado, y Ratonero, escupiendo las hojas hacia Glayino, le dice que no, pero que ha atrapado un manojo de malvas. Glayino reprime un bufido frustrado y recoge las hojas caídas, siguiendo al joven guerrero a la orilla una vez que termina. Su vientre ruge cuando huele los ratones que la patrulla atrapó. Acedera, sintiendo el hambre de Glayino, maúlla que deberían volver al campamento. Echan a correr por la ladera cubierta de hierba y vuelven hacia el bosque. Cuando empiezan a dirigirse a casa, Glayino se detiene, olfateando una patrulla de Clan del Trueno que se dirige hacia ellos. Un momento después, Glayino oye a Espinardo y a su aprendiza, Rosellera, atravesar la maleza con Centella y Betulón detrás. Salen de entre los arbustos hacia la cresta, y Centella grita que Clan del Viento ha cruzado la frontera. Látigo Gris suelta su ratón y les pregunta si se encontraban en el territorio. Espinardo gruñe que no, pero que los olores eran frescos, y que han vuelto a cazar en su territorio. El guerrero gris pregunta si remarcaron las fronteras, y Betulón responde que sí. Látigo Gris, arañando el suelo con sus garras, dice que tienen que informar de esto a Estrella de Fuego.
Cuando las dos patrullas entran en el campamento, Nimbo Blanco pregunta somnoliento adónde se dirige Centella. Su pareja le promete que volverá enseguida mientras sube por la Cornisa Alta tras Espinardo. Ratonero deja caer su montón de hojas de malva y le pregunta a Glayino si puede decirle a Pinta y Bayo lo que pasó. Glayino entiende que está emocionado ya que era la primera crisis que experimentaba como guerrero y deja que se vaya corriendo a contárselo a sus compañeros. El aprendiz deja caer su propio bocado de hojas y empieza a juntarlas, preparándose para llevarlas a la guarida. Carrasquera se acerca a él y le pregunta si puede ayudar, y Glayino, harto del sabor de la malva, acepta. Su hermana pregunta por qué tanto alboroto, y el gato ciego dice que el Clan del Viento cruzó la frontera. El pelaje de la gata negra se eriza, pensando que seguramente no lo harían después de haber salvado a los cachorros de los túneles. Glayino se prepara para un discurso sobre cómo los verdaderos guerreros respetaban las fronteras, pero le sorprende que Carrasquera pareciera pensar en otras cosas.
Carrasquera dice que Carboncilla le dijo que su evaluación es mañana, y Glayino pregunta si se ha quejado de que le duele la pata. La gata negra pregunta cuál era el problema, que pensaba que Carboncilla estaba mejor. Glayino asiente, diciendo que Hojarasca Acuática dijo que lo estaba. Carrasquera suspira, comentando que desearía poder ver su evaluación. Una idea chispea en la mente de Glayino, y le pregunta por qué no pueden, solo para asegurarse de que esté bien. Su hermana exclama que no está permitido, pero Glayino replica que no es explícitamente parte del código guerrero. Leonino se acerca a ellos y pregunta de qué estaban hablando. Carrasquera explica que van a ver la evaluación de Carboncilla mañana, y Leonino se hace eco de su hermana, preguntándose si está permitido. Glayino dice que no sabe, pero comenta que no piensa anunciarlo a todo el clan. Leonino accede a mirar, y Carrasquera maúlla que si alguien los atrapa, podrían decir que estaban tratando de obtener información antes de sus propias evaluaciones.
Al día siguiente, Glayino se despierta con el sonido de los pájaros cantando en los árboles. Empieza a salir de la guarida, pero Hojarasca Acuática le pregunta adónde va. El aprendiz miente y dice que ayer se dejó unas hojas, y asegura a Hojarasca Acuática que puede encontrarlas por sí mismo. Sale de la guarida y atraviesa el túnel de espinos. Centella vigila la entrada y detiene a Glayino, preguntándole adónde va tan temprano. El gato ciego se apresura a responder que está buscando hierbas para Hojarasca Acuática, y que está bien solo. Se dirigió al pie del roble donde crecen las setas donde habían quedado encontrarse con sus hermanos y los esperó. Poco después sintió el olor desagradable del lugar donde los gatos hacían sus necesidades y Carrasquera y Leonino salen de entre los arbustos. Explican que no se les ocurrió otra razón para abandonar el campamento, así que tuvieron que irse de esa manera.
Leonino y Carrasquera se revuelcan en setas para ocultar su olor, por recomendación de Glayino. Leonino comenta que la pobre Carboncilla pensará que está siendo acechada por setas gigantes. Glayino huele a Espinardo, Tormenta de Arena y a Nimbo Blanco, así que les susurra a sus hermanos que guarden silencio. Los mentores animan a sus aprendices, maullando que no están compitiendo entre ellos, sólo contra ellos mismos. Tormenta de Arena les dice que no deben ayudarse entre ellos, y luego les deja empezar su evaluación. Glayino, Carrasquera y Leonino se paralizan cuando Rosellera pasa cerca del arbusto bajo el que se agazapan, pero ella no los nota.
Siguen a Carboncilla cuando ella capta un olor, y se dirige hacia abajo por una ladera. Glayino reconoce el olor que Carboncilla está siguiendo: una ardilla. Leonino casi choca con Carboncilla, pero consigue apartarse. Carrasquera informa que Carboncilla está siguiendo a la presa, y Leonino le dice a Glayino que la ardilla está huyendo, pero que aún no ha empezado a trepar. Carrasquera exclama que Carboncilla dio un gran salto, pero su voz se apaga abruptamente.
Glayino pregunta qué le pasa, y Carrasquera grita que Carboncilla no calculó bien el salto y se cayó encima del árbol caído. Glayino salió corriendo hacia ella para chequear el daño. Nimbo Blanco apareció corriendo de entre los abustos preguntando si se encontraba bien. La pata que se había lastimado era la misma que la última vez, y se encontraba inflamada, caliente y temblorosa. Carboncilla dice que se le torció al saltar y Nimbo Blanco exclama que sabía que no estaba lista. Glayino manda a Carrasquera a avisar a Hojarasca Acuática mientras los demás se la llevaban al campamento. Ella duda dejar a su amiga pero Glayino le insiste y ella echa a correr.
Nimbo Blanco y Leonino ayudan a Carboncilla a caminar poniendose lado a lado. Glayino siente el dolor en cada paso y se desespera, preguntando si no podían cargar con ella, temiendo que haya sufrido una conmoción en la caída. Nimbo Blanco lo tranquiliza, comentando que no quiere arriesgarse a hacerle daño.
Llegan al campamento y varios gatos se preocupan por ella. Glayino daba vueltas nervioso mientras llevaban a la aprendiza a la guarida de curandero. Hojarasca Acuática ya había preparado las hierbas para ella. Nimbo Blanco empezó a explicar lo que pasó pero Carboncilla lo interrumpe, frustrada de que su pata hubiese sedido en un salto y haya suspendido su evaluación. No quería pasar su noche en vela sin sus hermanas Melosa y Rosellera. Hojarasca Acuática trata de tranquilizarla en un tono calmado, pero Glayino pudo sentir su inquietud mientras ella la revisaba. La curandera afirma que sólo era un desgarro muscular pero Carboncilla no parecía muy contenta. Preguntó por qué le había fallado la pata pero Hojarasca Acuática no le responde y despacha a Nimbo Blanco. Carboncilla vuelve a preguntarle y Glayino siente el pánico de su mentora. Ella le responde que estará bien y le aplica el ungüento. Luego le da semillas de adormidera y esperó inmóvil hasta que la aprendiza se quedó dormida. Se dio media vuelta y se sobresaltó a ver a Glayino. Pensó que se había ido con los demás, y él la notó distraída.
Glayino le reprocha haber asegurado que Carboncilla estaba lista y Hojarasca Acuática le responde con la voz temblorosa que él no lo entiende. Entonces Glayino la invita a salir de la guarida y la guía hasta unos zarzales, donde podrían hablar tranquilos sin ser escuchados. Él le responde que entiende que ella quiere que la aprendiza no sufra el mismo destino que Carbonilla, y Hojarasca Acuática le reclama saber qué hay de malo en eso, y dice que no poder ser guerrera le rompió el corazón a Carbonilla. Glayino piensa que hay destinos peores, y le responde que está obsesionada con el pasado y que ella solo quiere que las cosas pasen como ella cree que deberían ser. Su mentora maúlla que ella solo intenta hacer lo correcto, y Glayino le responde que no siempre puede, aunque lo desee. Siente la pena inundar a Hojarasca Acuática cuando le dice que lo sabe, pero que nunca dejará de intentarlo.