El siguiente artículo contiene información detallada del capítulo Capítulo 6 de Eclipse. Si estás buscando un resumen más corto del libro, por favor mira la cronología.
Alerta de Spoiler: A partir de ahora se podrían revelar detalles de la trama y argumento.
Carrasquera estaba despierta preguntándose si debería visitar a Carboncilla en la guarida de la curandera, ya que Hojarasca Acuática la echó anoche. Sus pensamientos se ven interrumpidos por el regreso de la patrulla del alba, que trae malas noticias. Carrasquera quiere saber qué ha pasado, pero Látigo Gris se niega a decírselo. Decepcionada, se da la vuelta para ir a visitar a Carboncilla. Hojarasca Acuática está mezclando hierbas para Carboncilla y Carrasquera le pregunta si está despierta. Carboncilla está tumbada en el musgo y sonaba adolorida. Carrasquera y Hojarasca Acuática animan a Carboncilla para que estire su pata, pero Carboncilla se niega, y Hojarasca Acuática decide darle hierbas. Carrasquera pensó que la curandera sonaba cortante y se preguntó si estaba frustrada o preocupada.
La gata negra decide tratar de animar a Carboncilla distrayéndola pero ella hace caso omiso. Entonces se pregunta si debería contarle lo que Zarzoso le había dicho la noche anterior, y decide que tarde o temprano se enteraría. Le cuenta a Carboncilla que sus hermanas, Melosa y Rosellera se volverán guerreras ese día y Carboncilla se dio la vuelta contra ella, cerrando los ojos. Carrasquera trató de animarla diciendo que ya le llegará su turno pero Carboncilla le dice que solo quiere dormir. Desanimada, sale de la guarida y se topa con Glayino, y le pregunta sobre Carboncilla. Él le dice que se recuperará más pronto que la vez anterior, pero que ahora está desanimada porque tendrá que esperar para volverse guerrera. Carrasquera pregunta por qué entonces Hojarasca Acuática parecía preocupada y Glayino resopla enojado y se adentra en la guarida. Carrasquera se da cuenta de que él está enfadado con su mentor, y se pregunta cómo es posible que se haya peleado con ella.
Raposino corrió hacia ella maullando emocionado que Rosellera y Melosa estaban a punto de convertirse en guerreras. Mientras Estrella de Fuego llama a los gatos para que se reúnan, Carrasquera corrió emocionada para reunirse con su hermano, pronto les tocaría a ellos. Le pregunta a Leonino cómo pensaba que sería que los hicieran guerreros, y su hermano responde que por fin todo el mundo los tomaría en serio. Tormenta de Arena y Espinardo se apartan para darle espacio a los padres de las aprendizas. Acedera afirma con tristeza que Topero debería haber sido nombrado guerrero junto a ellas, y Nimbo Blanco menciona que Carboncilla también. El guerrero blanco lanza una mirada significativa a la guarida de la gata curandera, pero se decepcionó al ver salir solo a Hojarasca Acuática. Ella se acerca y les maúlla que Carboncilla está bien, y que sólo necesita recuperarse. Carrasquera pensó que el tono despreocupado de la curandera no encajaba con su mirada inquieta. Acedera acarició su costado y le murmuró que el accidente de Carboncilla le debe haber recordado sobre Carbonilla. Ella reacciona con sorpresa como si nunca lo hubiera pensado, y asegura que por eso no dejará que le pase lo mismo a Carboncilla. Nimbo Blanco le susurra a Centella que espera que esta vez Hojarasca Acuática tenga razón, y ella le responde que ya le llegará el turno a su aprendiza.
Albina y Rasposino discuten sobre cuáles serían sus nombres de guerreros y son callados por Estrella de Fuego, quien los mira con severidad. El líder entonces da un paso al frente para comenzar la ceremonia de nombramiento. Nombra a las guerreras Rosella y Melada. Carrasquera vitoreó con todas sus energías pero enmudeció al notar a Melada mirar a Bayo como si buscara su aprobación. Se lo comenta a su hermano quien responde con desdén, sorprendiendo a la aprendiza. Ella se pregunta si Leonino pensará en Zarpa Brecina y desea que Melada estuviera enamorada de él para engancharlo más a su clan. Recordó con dolor lo cerca que su hermano estuvo de alejarse del clan debido a su enamoramiento. Leonino entonces comenta que los gatos no deberían distraerse los unos con los otros porque eso los desvía de ser buenos guerreros, y Carrasquera se alivia al saber dónde dirige su lealtad. Estrella de Fuego se lamenta que Carboncilla no pudiera recibir su nombre de guerrera y sus hermanas empiezan a llamarla con la esperanza de que apareciera, pero sin suerte.
Poco después, Estrella de Fuego llama a su lugarteniente Zarzoso, junto a Tormenta de Arena, Fronde Dorado y Carrasquera. Reunidos en la Cornisa Alta, Carrasquera recuerda las noticias que Látigo Gris mencionó esa mañana. El líder explica que la patrulla del alba captó el olor del Clan del Viento en su lado de la frontera. Látigo Gris agrega que encontraron pruebas de que están cazando dentro del territorio. Tormenta de Arena y Zarzoso se enojan y Estrella de Fuego trata de defender al Clan del Viento, explicando que todavía no saben por qué lo hacen. Tormenta de Arena insiste en atacar pero Estrella de Fuego prefiere evitarlo. Ella le reclama no querer pelear con nadie pero él le responde que lo hará si tiene que hacerlo, pero tratará de dialogar si es posible. Zarzoso le dice que ellos ya no son sus aliados y su líder reconoce que ahora son rivales, con mirada nostálgica. Carrasquera se pregunta si estará pensando en el Gran Viaje, o su viaje más reciente a las montañas, y se preocupa de que la distinción entre los clanes se difuminen, junto a las fronteras, y se empiecen a pelear por comida y territorio, redoblando en su creencia de la necesidad el código guerrero.
Estrella de Fuego manda a Zarzoso, junto a Tormenta de Arena, Fronde Dorado y Carrasquera, a hablar con Estrella de Bigotes. Carrasquera va a avisarle emocionada a Leonino, quien deseó poder ir mientras flexionaba las garras, y ella le promete contarle todo cuando vuelva. Zarzoso la llamó con impaciencia y ella se unió corriendo a la patrulla. Se dirigieron a la frontera del Clan del Viento y Carrasquera sintió un hedor muy fuerte, y Zarzoso le explicó que era de ovejas. Más adelante, los guerreros avistan perros y Carrasquera distinguió sus siluetas blancas y negras corriendo junto a un Dos Patas que parecía señalarles donde ir. Ella deseó que siguieran distraídos para llegar al campamento.
Al llegar a la frontera no encontraron rastros del clan y Zarzoso decidió adentrarse en su territorio. Mientras caminaban, Carrasquera notó que no había olor ni de gatos ni de presas, y se sintió alarmada. Se encuentran con Lebrón, un joven guerrero del Clan del Viento que los acusa de estar robando presas, ofendiendo a Tormenta de Arena. A su lado aparecen Perlada, la lugarteniente, y Cárabo. Parecían estar pasando hambre, pero sus ojos centellaban de rabia. Antes de que ellos pudieran decir nada, Zarzoso anuncia que vinieron a hablar con Estrella de Bigotes y los guerreros les ordenan que vuelvan a su casa. Zarzoso insiste y Lebrón salta hacia adelante con las garras desenvainadas. Carrasquera se puso tensa, esperando una pelea. Zarzoso vuelve a insistir y Lebrón se abalanza sobre él. El lugarteniente del Clan del Trueno derribó al joven guerrero lo inmovilizó sin esfuerzo, gruñendo que vienen en paz. Perlada maúlla desesperada que lo suelte y Zarzoso retrocede. Ella se pone entre los dos guerreros y le pide que se vayan, que Estrella de Bigotes no hablará con ellos. Zarzoso duda, pero asiente y da media vuelta junto a su patrulla.
Carrasquera exclama a su padre indignada por lo sucedido, pero él pregunta si no los habían notado más flacos de lo normal. Los guerreros asienten y se preguntan qué le pudo haber pasado a las presas de su territorio. Carrasquera comenta que eso no justifica que cacen dentro de su territorio, y se preocupa sobre qué le pasaría a las demás fronteras si el Clan del Viento no tenía suficientes presas para alimentarse.
Llegaron al campamento y Zarzoso y Tormenta de Arena subieron a la Cornisa Alta para informar lo que pasó. Carrasquera ve a Leonino arrastrando musgo fuera de la maternidad. Ella se ofrece a ayudarlo y él responde molesto que pensó que estaba ocupada participando en patrullas fronterizas. Ella le da en la oreja con la cola diciéndole que no sea tan gruñón y lo ayuda con su tarea. Mientras trabajaban, él admite estar envidioso por ella y Carrasquera lo anima a preguntarle qué pasó, emocionada por contarle a alguien. Leonino le pregunta y Carrasquera cuenta lo ocurrido. Él se ofende y ella explica que parecían estar pasando hambre. A Leonino no parece importarle y dice esperar poder atacarlos pronto. Carrasquera siente lo mismo pero piensa que los cuatro clanes deberían estar fuertes. Leonino insiste en atacarlos y su mirada feroz hace que Carrasquera retrocediera. Ella le dice que quiere que el Clan del Viento conserve su territorio, pensando en el código guerrero. Leonino se voltea enojado y clava las garras en el musgo que estaban juntando para los recién nacidos, alarmando a Carrasquera por su desconsideración. Al observar a su hermano, se dio cuenta que sólo parecía querer luchar. Reflexiona sobre si el poder de su hermano estaba haciendo que solo piense en eso. Y si habría alguien capaz de detener a Leonino si ese fuera el caso.
Yo, Estrella de Fuego, líder del Clan del Trueno, solicito a mis antepasados guerreros que observen a estas dos aprendizas. Han entrenado duro para comprender el sistema de vuestro noble código, y yo os las encomiendo a su vez como guerreras. Rosellera y Melosa, ¿prometéis respetar el código guerrero y proteger y defender a este clan, incluso a costa de vuestra vida?
Entonces, por los poderes del Clan Estelar, os doy vuestros nombres de guerreros. Rosellera, a partir de este momento serás conocida como Rosella. El Clan Estelar se honra con tu valor y tu iniciativa. Melosa, a partir de este momento serás conocida como Melada. El Clan Estelar honra tu inteligencia y bondad.
