[...] ¿Vaharina te ha contado que soy su madre y también madre de Pedrizo? [...] Bien, pues no lo soy. Los crié a los dos como si fueran hijos míos, pero yo no los parí. Corazón de Roble me los trajo [..] Los cachorros olían al bosque, por supuesto, pero había otro olor por debajo. El olor del Clan del Trueno.
El siguiente artículo contiene información detallada del capítulo 5 de El bosque de los secretos. Si estás buscando un resumen más corto del libro, por favor mira la cronología.
Alerta de Spoiler: A partir de ahora se podrían revelar detalles de la trama y argumento.
El joven se sienta en primera fila junto a Tormenta de Arena, aunque alrededor, los gatos se quejan de su olor. Estrella Azul procede a pronunciar las palabras rituales, llamando a los dos cachorros de Escarcha. Al verlos, Corazón de Fuego recuerda apenado el accidente de Carbonilla. La líder nombra a uno de los cachorros como Espino, y le asigna de mentora a Musaraña. A la otra gatita, la nombra Centellina y le asigna a Tormenta Blanca como mentor, tras haber entrenado exitosamente a Tormenta de Arena. Mientras todos van a felicitar a los nuevos aprendices, Látigo Gris aparece para comunicarle a su amigo que si al día siguiente hace sol, Vaharina y Corriente Plateada sacarán a Tabora del campamento del Clan del Río y se encontrarán con ellos cuando el sol esté en lo más alto; en un claro cerca de la frontera y cerca del puente de los Dos Patas.
Efectivamente, al día siguiente ambos compañeros se dirigen hacia la hondonada, rodeada de espinos y cubierta por la nieve; donde corre un pequeño arroyo entre las rocas. Corazón de Fuego trae un ratón que ha cazado para Tabora, y él y su amigo se refugian en unos arbustos para esperar a las gatas del Clan del Río, mientras el joven rojizo se pregunta si ha sido lo correcto ponerse en peligro por esta reunión, quebrantando el código guerrero y ocultándole cosas a su clan; aunque cree estar haciendo todo por el bien del mismo.
Pasa un rato desde que el sol está en lo más alto, y, en un momento, los amigos captan la voz de una veterana quejándose, proveniente del río. Luego, ambos ven a Corriente Plateada, Vaharina, y la gata anciana, que resulta ser Tabora, descendiendo por la hondonada. La vieja gris huele a los gatos del Clan del Trueno, y su hija intenta calmarla, pidiéndole que confíe en ella, aclarando que aquellos guerreros sólo quieren hablar con ella. Látigo Gris se asoma desde el arbusto, indicando su posición, y las gatas ingresan al refugio. Tabora se tensa al ver a los dos gatos enemigos, añadiendo con recelo hacia Vaharina que debe haber una buena explicación para ese encuentro. La gata gris azulada le confirma que así es, pidiéndole que escuche a esos gatos del Clan del Trueno, que, para pertenecer a un clan rival, parecen bastante decentes.
Corazón de Fuego entrega su presa a Tabora, y la veterana la engulle, señalando que no ha olvidado los modales. El guerrero rojizo comienza diciendo que le gustaría saber sobre algo que dijo Corazón de Roble durante la batalla por las Rocas Soleadas, antes de morir: que ningún gato del Clan del Trueno debería hacer daño a Pedrizo jamás. Ante esto, Tabora espera unos momentos, y finalmente, declara que todos menos Corazón de Fuego deberían irse, ya que sólo él es quien desea escucharla. Perplejo porque la veterana tenga algo que decir que no puedan escuchar ni los miembros de su propio clan, el joven rojizo intercambia una mirada con Látigo Gris, quien, igual de sorprendido, se aleja junto a Vaharina y Corriente Plateada, también confusas, para dejarlos hablar a solas. Las gatas se ofrecen a esperar a Tabora, pero ella decide que volverá a su campamento sola, y los otros tres se marchan.
Expectante, Corazón de Fuego se pregunta qué tan grande será aquel secreto que incumbe tanto al Clan del Río como al Clan del Trueno. La veterana gris espera que los demás se hayan alejado lo bastante como para que su olor desaparezca, y luego encara al guerrero rojizo, preguntándole si Vaharina le contó que ella y Pedrizo son sus hijos. Ante la afirmación del joven, Tabora revela que eso no es así, sino que crió a los hermanos como hijos suyos, pero sin ser su verdadera madre. La vieja gata explica que Corazón de Roble se los trajo en medio de una fría Estación Sin Hojas. Corazón de Fuego pregunta de dónde sacó Corazón de Roble los cachorros, y Tabora comenta que aquel gato le dijo que los había encontrado en el bosque, como si los hubieran abandonado los Dos Patas o gatos desarraigados. Firmemente, la veterana gris afirma que sin embargo, ella no es ninguna tonta, y añade que recuerda que, al haber recibido a los pequeños, percibió en su pelaje otro olor, por debajo de los aromas del bosque: el olor inconfundible del Clan del Trueno.
Nos hemos reunido aquí para dar a dos cachorros de clan sus nombres de aprendizaje. Sí, adelantaos los dos. Musaraña, me has dicho que ya estás preparada para tomar un aprendiz. Tú serás la mentora de Espino. Musaraña. Has demostrado ser una guerrera valiente e inteligente. Contagia tu coraje y tu sabiduría a tu nuevo aprendiz.
Tormenta Blanca, ahora que Tormenta de Arena se ha convertido en guerrera, eres libre para tomar un nuevo aprendiz. Tú serás el mentor de Centellina. Tormenta Blanca. Eres un guerrero de gran destreza y experiencia. Sé que enseñarás todo lo que sabes a esta joven aprendiza.